El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, reconoció este viernes que la relación actual con el patriarca Kiril, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, se encuentra “en un momento difícil”, en declaraciones a los medios.

El "primer ministro" vaticano recordó la conversación por videoconferencia del papa y el patriarca y la decisión de Francisco de por el momento no reunirse con Kiril y explicó: "Estamos en un momento difícil tenemos que reconocerlo, pero esto no significa que esté todo congelado entre la Iglesia católica y la ortodoxa rusa. Los canales y los intentos de diálogo existen, pero es ahora todo mucho más difícil".

Además del apoyo de Kiril a la invasión rusa, los intentos de diálogo entre el Vaticano y el patriarca sufrieron un nuevo parón cuando recientemente el patriarcado de Moscú consideró que el papa había usado “un tono equivocado” durante la entrevista que concedió al diario Corriere della Sera.

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En esa entrevista, el papa consideró que en la videoconferencia que mantuvieron, Kiril, "los primeros veinte minutos con tarjeta en mano leyó todas las justificaciones de la guerra", y añadió que "el patriarca no puede convertirse en un monaguillo del Estado".

Por otra parte, Parolin confirmó que la Santa Sede sigue trabajando para conseguir un alto el fuego en Ucrania al asegurar que es "un punto de partida fundamental".

"Pongamos fin a las operaciones bélicas y luego iniciemos un diálogo serio, sin condiciones previas, para encontrar una forma de resolver este problema. Es una pena que todavía no hayamos entendido la lección de que en lugar de hacer toda esta matanza y producir todos estos escombros, se podrían encontrar soluciones antes", agregó.

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Consideró que la situación que se ha creado, "no es que fuese predecible, pero que en las últimas décadas el tema del multilateralismo se ha erosionado, por lo que es lógico cuando cada uno se centra en sus propios intereses, en su propio punto de vista, y es incapaz de compartir y encontrar respuestas comunes y al final estas son las salidas".

Reveló que el Vaticano mostró su voluntad "para ser garantes" en la evacuación de los civiles que quedan en la acería de Azovstal, en la sureña ciudad ucraniana de Mariúpol, pero que después no se hizo nada.

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“Ha habido muchos intentos, éste ha sido el último. Incluso antes habíamos dado mucha disponibilidad, con el propio nuncio incluso se había pedido ir junto con el metropolitano de Zaporiyia, pero de hecho ya no hubo una continuación, porque no se daban garantías de seguridad para la misión”, explicó. (I)