¿Qué sienten los niños inmigrantes? Pocos, quizás, se hacen la pregunta. “Mientras los padres están luchando sus propias batallas, los niños se quedan como congelados en el tiempo durante la ruta migratoria”, afirma Cristina Vázquez, una cirujana de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Piedras Negras, una ciudad mexicana fronteriza con Eagle Pass en Estados Unidos. Para identificar sus emociones los psicólogos tienen una herramienta: “El monstruo de colores”.