El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Mark Milley, aseguró el martes que las llamadas a sus homólogos chinos al final del mandato de Donald Trump buscaban “desescalar” la tensión con Pekín y que el exmandatario estadounidense nunca quiso atacar a China.

“Lo sé, estoy seguro, el presidente Trump no tenía la intención de atacar a los chinos”, dijo Milley en una audiencia ante al Comité de las Fuerzas Armadas del Senado.

“Mi tarea en ese momento era desescalar. Mi mensaje fue coherente: mantener la calma y la estabilidad y desescalar. No vamos a atacarlos”, señaló.

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Las llamadas entre Milley y su par chino, el general Li Zuocheng, fueron reveladas por primera vez en el libro Peril (Peligro), de los periodistas del Washington Post Bob Woodward y Robert Costa.

La primera llamada fue el 30 de octubre, cuatro días antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Y la segunda fue el 8 de enero, dos días después de que los partidarios de Trump irrumpieran en el Capitolio de Estados Unidos para evitar la certificación de la victoria electoral del demócrata Joe Biden.

Algunos legisladores republicanos han acusado a Milley de extralimitarse en su autoridad y le han pedido que dimita.

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En su testimonio el martes ante los senadores, Milley defendió sus acciones y dijo que las llamadas fueron coordinadas con el secretario de Defensa, Mark Esper, y luego con su sucesor interino, Christopher Miller.

“El propósito específico de las llamadas de octubre y enero se generó por información de inteligencia que nos hizo pensar que los chinos estaban preocupados por un ataque de Estados Unidos”, dijo Milley.

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“Estas comunicaciones de militares a militares en los niveles más altos son fundamentales para la seguridad de Estados Unidos a fin de desconfigurar acciones militares, manejar crisis y prevenir guerras entre grandes potencias armadas con armas nucleares”, explicó.

“En ningún momento intenté cambiar o influir en el proceso, usurpar la autoridad o insertarme en la cadena de mando”, sostuvo Milley.

Y agregó: “Creo firmemente en el control civil de las fuerzas armadas como un principio fundamental esencial para esta república y estoy comprometido a asegurar que las fuerzas armadas se mantengan alejadas de la política interna”.

Después de la publicación de extractos del libro el 15 de septiembre, el presidente Biden renovó su confianza en el general Milley.

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La llamada con Pelosi

Milley también se refirió a una llamada telefónica que tuvo con Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, en la que, según el libro de Woodward y Costa, la influyente legisladora buscó garantías de que Trump no pudiera usar códigos nucleares.

“Procuré asegurarle a ella que un lanzamiento nuclear se rige por un proceso muy específico y deliberado”, precisó Milley al comité del Senado, diciendo que Pelosi “estaba preocupada” y usó “varias referencias personales para describir al presidente”.

“Le expliqué que el presidente tiene la autoridad exclusiva para lanzar un ataque nuclear, pero no lo hace solo”, agregó, y señaló “procesos, protocolos y procedimientos”.

Según el libro, Pelosi, refiriéndose a Trump, dijo: “Usted sabe que está loco. Ha estado loco desde mucho tiempo”, a lo cual Milley respondió: “Señora presidenta, estoy de acuerdo con usted en todo”.

En su testimonio ante el Senado, Milley dijo que le dijo a Pelosi que él “no estaba calificado” para determinar la salud mental de un presidente. (I)