Luego de dos años el régimen de Nicolás Maduro y la oposición venezolana volverán a negociar. Esta vez el escenario será la Ciudad de México, donde representantes de ambas partes se verán las caras pese a las diferencias, ataques y persecución, tratando de encontrar una salida a la crisis política, económica, migratoria y social que sufre Venezuela desde hace varios años.

Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por decenas de países, incluyendo Estados Unidos, dijo el viernes que su objetivo es “lograr una solución a la catástrofe nacional” que incluya elecciones presidenciales libres. Para ello pidió unidad para presionar.

Añadió que en la delegación de la oposición estarán miembros de los partidos y de la sociedad civil, y será liderada por Gerardo Blyde, quien el viernes firmó el memorando de entendimiento con representantes de México, Noruega y del chavismo, que fue representado por Jorge Rodríguez.

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Blyde, Stalin González y Tomás Guanipa serán los representantes de la oposición. El régimen tendrá a Rodríguez, Héctor Rodríguez y Nicolás Maduro Guerra, hijo de Nicolás Maduro.

Ya van seis intentos de negociaciones desde 2014 sin éxito. Los últimos fueron los de Barbados, en 2019, y República Dominicana, en 2018.

En el documento firmado el pasado viernes las partes mostraron su disposición a “acordar las condiciones necesarias para que se lleven a cabo los procesos electorales”. También que los comicios tengan “todas las garantías y entendiendo la necesidad de que sean levantadas las sanciones internacionales”. Se prevé que las conversaciones oficiales comiencen el 30 de agosto con siete puntos: derechos políticos para todos; garantías electorales para todos, cronograma electoral para elecciones observables; Levantamiento de las sanciones y restauración de derecho a activos; respeto al Estado constitucional de derecho; convivencia política y social, reparación a las víctimas de la violencia; protección de la economía nacional y social al pueblo; medidas de verificación y seguimiento de lo acordado.

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“No nos interesa, ni le sirve a Venezuela otra negociación fallida. Eso sería profundizar el conflicto, que hoy solo se compara con países en guerra”, dijo Guaidó.

“Saludamos la firma del memorando de entendimiento alcanzado entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la Plataforma Unitaria de la Oposición. Agradecemos a México y Noruega sus esfuerzos por la paz del pueblo venezolano”, dijo, en tanto, Maduro.

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Jesús Hurtado, periodista del diario Tal Cual, comenta que los diálogos siempre son buenos, pero la población está un poco resentida por tantos diálogos sin éxito.

“La población en general, y así lo han dicho algunas estadísticas, no tiene muchas esperanzas de que este diálogo pueda traer algo interesante. Pero en nuestro medio creemos que sí. El Gobierno está en una encrucijada. Esta vez está mucho más contra la espada y la pared, los recursos financieros están escasos... y tiene que buscar alternativas para salir al paso”, dice Hurtado, quien añade que hay un creciente rechazo al Gobierno y hacia todas sus políticas, en especial por el mal manejo de la pandemia, aunque también menciona que la oposición es criticada porque cada quien jala para su lado.

En tanto, Daniel Varnagy, doctor en ciencia política y profesor de la Universidad Simón Bolívar, en Caracas, dice que no tiene ninguna expectativa ya que el Gobierno mantiene el poder y el apoyo militar y los diferentes sectores de la oposición no tienen mayor cosa que ofrecer.

“Cuando el ingeniero Juan Guaidó se juramentó en el año 2019, se suponía que el apoyo de los 62 países iba a generar un escenario proclive a un cambio de sistema, pero que él ni supo ni quiso aprovechar. En este momento, básicamente se trata de buscar reversar por parte del Gobierno nacional algunas de las sanciones que le impiden un funcionamiento más autonómico. Desafortunadamente hay poco interés en lo que ocurre puertas adentro de la sociedad civil venezolana”, apunta Varnagy.

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Para este especialista en cultura política también es necesario mostrar que más que una división interna en la oposición, lo que hay son “oposiciones”, entre las que están los más interesados en logros materiales particulares y otros que quieren un cambio radical del sistema. Entre esos últimos señala a María Corina Machado, lideresa opositora que no está de acuerdo con los nuevos diálogos, a diferencia de Guaidó, Leopoldo López o Henrique Capriles.

De acuerdo con un artículo del analista venezolano Trino Márquez en Opinionynoticias.com, la mayoría de los venezolanos se pronuncia a favor del contacto entre el Gobierno y la oposición, y solo los grupos más radicales de ambos bandos se oponen al acercamiento o no le encuentran ningún sentido.

“La contraparte de todo esto es que no hay ningún máximo líder opositor en esta etapa, sino distintos representantes de diversos intereses. De este modo, es poco probable que se llegue a un resultado que haga concesiones hacia factores éticos de la oposición. Y más bien al contrario: ocurrida tras bambalinas una suerte de repartición de elementos económicos y de participación en áreas específicas, es previsible pensar que Venezuela seguirá siendo uno de los países más corruptos del mundo”, afirma Varnagy, para quien en la otra orilla, el chavismo sí va unido a las negociaciones pese a cualquier disputa de la que se hable.

Hurtado recuerda que el gobierno de Maduro puede dar algunas concesiones para tratar de mantener algo de manejo político a través de las gobernaciones en vista de las elecciones de gobernadores y alcaldes, previstas para el 21 de noviembre. Una muestra de esa intención fue la elección del nuevo Consejo Nacional Electoral con dos técnicos afines a la oposición entre los cinco rectores: Roberto Picón y Enrique Márquez, quienes han aplaudido el inicio de las negociaciones en México.

Mientras se espera si se alcanzará algo con las nuevas negociaciones, según los expertos, Venezuela sigue huérfana y empobrecida, con falta de liderazgo, y atrapada por los problemas en salud y educación pública y una gran inseguridad. (I)