Un puerto sumergido a dos millas de la costa de Alejandría ha sido identificado como una posible clave en la búsqueda de la tumba de Cleopatra. El hallazgo fue realizado por el equipo de la arqueóloga dominicana Kathleen Martínez, quien lleva casi dos décadas explorando la zona.

La estructura, localizada a unos 12 metros de profundidad, estuvo conectada en la antigüedad con Taposiris Magna, una ciudad que alberga un templo dedicado a Osiris, dios de la muerte. Según Martínez, esta relación podría ser determinante para localizar el lugar de descanso de la reina.

El puerto muestra restos de columnas, pisos de piedra pulida y ánforas utilizadas en el transporte de vino, lo que evidencia una intensa actividad comercial y religiosa. El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto calificó el hallazgo como una prueba de “actividad marina antigua”.

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Un enigma de la arqueología

Cleopatra, última gobernante de la dinastía ptolemaica, murió en el año 30 a. C. tras el suicidio pactado con Marco Antonio. Desde entonces, la ubicación de sus cuerpos ha sido uno de los mayores enigmas de la arqueología. Diversas teorías señalan que ambos fueron enterrados juntos, en un lugar secreto.

En 2022, el equipo de Martínez encontró un túnel de más de 1.300 metros excavado bajo Taposiris Magna. El pasadizo apunta directamente hacia el puerto hallado, lo que refuerza la hipótesis de que formaban parte de una red diseñada para ocultar la tumba.

La investigadora sostiene que Cleopatra eligió un sitio fuera del alcance romano para garantizar su unión eterna con Marco Antonio. Para ella, el puerto y el templo habrían sido piezas centrales de un plan simbólico inspirado en los mitos de Isis y Osiris.

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“Después de 2.000 años, nadie ha estado allí. Somos los primeros”, señaló Martínez a National Geographic. Para la arqueóloga, es solo cuestión de tiempo antes de confirmar si, finalmente, el misterio de Cleopatra llega a su fin. (I)