La viralización de los “Hermanos Riñones” en redes sociales como TikTok e Instagram reavivó el interés de la ciudadanía por el consumo adecuado de agua y su relación con órganos esenciales para el correcto funcionamiento del cuerpo humano.

Los riñones forman parte del sistema endocrino, encargado de producir hormonas y transmitir información entre grupos de células. Su influencia en el organismo es trascendental para el desarrollo de una vida idónea.

Los riñones tienen una estrecha relación con la ingesta de agua, ya que ayudan a filtrar los desechos de la sangre a través de la orina. La sed intensa, la boca seca, la orina escasa y oscura o el cansancio son signos iniciales de problemas relacionados con la hidratación.

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La cantidad necesaria de agua en el cuerpo varía. Según el especialista Carlos Solís, “no hay una cifra exacta para todos. En promedio, entre 2 y 2,5 litros diarios bastan”. El cuerpo humano regula la sed mediante la hormona vasopresina, relacionada con el equilibrio del agua corporal.

La falta de este líquido vital puede derivar en problemas en el sistema endocrino, el hipotálamo, la hipófisis posterior y las glándulas suprarrenales, así como en funciones relacionadas con el control de la sed, la liberación de vasopresina y la retención de sodio (relacionada con la presión arterial).

Por otro lado, algunas creencias populares asocian una ingesta excesiva de agua con buena salud. Solís detalla: “Beber agua en exceso puede provocar hiponatremia, es decir, diluir el sodio en la sangre, generando náuseas, debilidad o incluso convulsiones. La clave está en el equilibrio entre agua y sales”.

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La concienciación sobre la ingesta adecuada de agua ha sido una lucha de décadas por parte de los profesionales de la salud. Sin embargo, en los últimos meses se han fomentado campañas a través de redes sociales mediante diversos métodos virales.

Es positiva si se basa en evidencia, pero muchos mensajes son simplistas o exagerados. Lo ideal es enseñar que el cuerpo sabe pedir agua: la sed y la orina son guías más fiables que los ‘retos virales’”, concluyó Carlos Solís, médico clínico-endocrinólogo. (I)