El ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez, confirmó que este mes de octubre se firmará el contrato para la compra de 18 aviones de combate Saab Gripen E a Suecia, una operación valorada en 1.900 millones de dólares.
El acuerdo, que busca reemplazar la desgastada flota de aviones Kfir de origen israelí, será financiado a través de un crédito de largo plazo otorgado por el Gobierno sueco.
Según explicó Sánchez, la firma solo depende de ajustes finales relacionados con el mecanismo de offset, que permitirá que la adquisición tenga también impacto social en áreas como energía, agua potable y salud, además de fortalecer la industria aeroespacial local mediante transferencia tecnológica.
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Entre los proyectos asociados se destacan iniciativas de paneles solares, programas de acceso a agua en La Guajira y apoyo a sistemas de salud con nuevas tecnologías.
La decisión de optar por los Gripen, ya en operación en Brasil, responde a las advertencias de la Fuerza Aérea Colombiana sobre la obsolescencia y los elevados costos de mantenimiento de los Kfir, que llevaron incluso a la “canibalización” de aeronaves para mantener en vuelo algunas unidades.
Aunque la compra ha generado críticas al presidente Gustavo Petro, quien en campaña prometió priorizar la educación frente al gasto militar, el Gobierno defiende la medida como una modernización necesaria para garantizar la defensa aérea del país en los próximos 50 años.
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El Ministerio de Defensa resaltó que la negociación con Saab incluye no solo la entrega de los aviones, sino también un paquete de transferencia de conocimientos en cuatro frentes: entrenamiento de pilotos y técnicos, desarrollo de la industria aeroespacial nacional, cooperación con sectores civiles y acompañamiento en proyectos de innovación tecnológica.
De acuerdo con el ministro Sánchez, esta compra marca un “salto estratégico” para Colombia, al asegurar la soberanía aérea y, al mismo tiempo, abrir oportunidades de desarrollo en áreas clave para la población.
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El cronograma de entrega de las aeronaves se definirá una vez suscrito el contrato, aunque el Gobierno prevé que las primeras unidades lleguen en los próximos años y que la flota completa esté operativa antes de finalizar la década. (I)