El uso de prácticas esotéricas para invocar o desafiar a los “espíritus del más allá” puede tener consecuencias graves, como lo evidenció un joven de 17 años que desapareció el pasado 20 de agosto en el Río Magdalena, en Barranquilla.

Según relatan sus familiares, Juan David Santana Ospino fue invitado por un amigo a jugar a la tabla ouija, un tablero utilizado para supuestamente comunicarse con espíritus. Aunque al principio no quería participar, cedió a la presión de su amigo. Sin embargo, durante la práctica, se asustó y tiró la tabla al suelo, declarando que no creía en esas cosas, de acuerdo con El Universal.

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Esta reacción provocó un sentimiento de negatividad y peligro en su amigo, quien sintió que el espíritu invocado permanecía en el lugar. A partir de ese momento, Juan David comenzó a tener dificultades para dormir y una creciente intranquilidad.

Cinco días después, decidió bañarse con amigos en el Río Magdalena, pero se soltó de una cuerda que los mantenía seguros y desapareció en las aguas. Tras varios días de búsqueda, su cuerpo sin vida fue encontrado cerca del lugar de la desaparición.

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La familia de la víctima cree que algo sobrenatural, posiblemente demoníaco, está detrás de la trágica muerte de Juan.

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