La Patrulla Fronteriza ha detenido este jueves a cientos de refugiados que se agolpaban en al menos dos puertas de la valla fronteriza entre México y Estados Unidos a la altura de la localidad de El Paso (Texas).

En la víspera del fin del Título 42, una medida de la era Trump que permitía la expulsión de migrantes desde Estados Unidos por temas sanitarios como la pandemia de covid-19, miles de ellos han optado por cruzar el río Bravo desde México y entregarse a la patrulla fronteriza.

Los migrantes le temen a la norma que quedará vigente, el Título 8. Si bien permite acoger solicitudes de asilo, también acelera expulsiones, deportaciones y sanciones como prohibir el ingreso al país a quien intente cruzar irregularmente.

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Un hombre migrante cruza por las orillas del Río Bravo para ser procesado por la Patrulla Fronteriza Sector El Paso, Texas, luego de cruzar desde Ciudad Juárez, México el 10 de mayo de 2023. Foto: AFP

Después de varios días siendo aglutinados por los agentes en dos numerosos grupos en las puertas 40 y 42 de la valla, a unos 16 kilómetros al este de la ciudad de El Paso, los fueron sacando en autobuses primero y más tarde en furgonetas.

En la puerta 40, salían en fila, muchos cabizbajos, algunos con las manos esposadas a la espalda e iban subiendo en los vehículos que desde antes de las siete de la mañana y hasta las 10.30 fueron cargándose con los refugiados y saliendo en dirección a los centros de detención de la Patrulla Fronteriza.

Después de vaciar la zona en la que se encontraban, entre la muralla de cinco metros y medio y el río Bravo, todavía territorio estadounidense, procedieron a limpiarla de plásticos y otros restos que habían dejado los migrantes.

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Hacia el mediodía, el proceso se repitió en la puerta 42.

Los detenidos tendrán que ser procesados por la Patrulla Fronteriza que decidirá si pueden comenzar el proceso de solicitud de asilo o si los expulsa.

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Agentes de la Patrulla Fronteriza y de la Guardia Nacional estadounidense son vistos hoy mientras realizan un simulacro, desde el lado mexicano de la frontera en la Garita de San Ysidro en Tijuana, Baja California (México). Foto: EFE

En los últimos tres días, agentes fronterizos intimidaron y persuadieron a cientos de refugiados indocumentados que se encontraban acampados en torno a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el centro de El Paso, para que se entregaran voluntariamente a las autoridades si no querían ser detenidos a la fuerza.

Asimismo, en las últimas horas, el alcalde de El Paso, Oscar Leeser, ha anunciado que la ciudad cuenta con 4.400 nuevas camas para dar cobijo a migrantes, pero solo a aquellos que hayan pasado el triaje de la Guardia Fronteriza.

Fotografía aérea del 10 de mayo de 2023 de las instalaciones de la escuela secundaria Basset, que albergará hasta a quinientos recién llegados que tengan los papeles en regla, que se hayan entregado a la Patrulla Fronteriza y superado su cribado, en El Paso, Texas (EE.UU.). Foto: EFE

Desde Washington, también se ha insistido en el endurecimiento de las medidas antimigratorias.

Tras el vencimiento del Título 42, se aplicará el Título 8, la norma que históricamente ha regido la migración en Estados Unidos y, además, el Gobierno del presidente Joe Biden ha anunciado nuevas medidas que restringen el acceso a la solicitud de asilo en la frontera con México.

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Estas nuevas medidas consideran “no aptos” para solicitar asilo a los migrantes que crucen de manera irregular la frontera y que no hayan pedido protección en un tercer país durante su travesía hacia EE.UU.

Campaña para disuadir a migrantes

Paralelamente, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) acaba de lanzar una campaña publicitaria para persuadir a los migrantes latinoamericanos que huyen de sus países de que no entren en Estados Unidos.

“No hagas caso a lo que dicen los contrabandistas: infórmate sobre el sistema de inmigración de EE.UU.”, asegura un mensaje del DHS en su página de Twitter.

Este departamento de seguridad precisó que la campaña se llevará a cabo en países como Honduras, El Salvador, Guatemala, Ecuador y Colombia, y también se difundirán los mensajes “a lo largo de la ruta migratoria y en las plataformas de redes sociales más populares entre los migrantes”.

“El coyote (contrabandista de personas) nos estafó. Entrar ilegalmente en EE. UU. es un delito. Dígale no al coyote” se puede leer en español en un texto escrito en rojo y blanco sobre una imagen de una familia de migrantes de espaldas con dos hijos, y que forma parte de esta campaña.

Sobre otra fotografía, pero esta vez de una patrulla fronteriza, está impresa la frase: “Las leyes migratorias de Estados Unidos siguen vigentes. Cruzar ilegalmente es un delito”.

En otra instantánea de dos migrantes siendo subidos a un avión para ser deportados se lee: “Cruzar ilegalmente es un delito: Tiene consecuencias”.

Un tercer volante digital dice: “Las leyes migratorias de Estados Unidos se endurecieron. El Gobierno de Estados Unidos está haciendo cambios para aumentar las consecuencias por ingreso ilegal al país, comenzando el 12 de mayo”.

“Estas consecuencias incluyen la deportación, una prohibición de reingreso de 5 años y el enjuiciamiento de infractores reincidentes”, continúa el mensaje, antes de advertir de que “aquellos que no sigan la vía legal para ingresar en EE. UU. podrán ser considerados como ilegibles para asilo”. (I)