El expresidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) afirmó este jueves que el retiro de la subvención a los combustibles dispuesta por el Gobierno de Rodrigo Paz es “una decisión improvisada” y que “rompe cualquier criterio de equilibrio y golpea a las familias trabajadoras”.
Morales dijo en la red social X que para esta decisión, dada a conocer en la víspera por el presidente, “nunca se hizo conocer el estudio comprometido que debía establecer las bases técnicas de un consenso social”.
“Sus medidas son una desproporción económica inaceptable entre los ingresos de la población y el incremento del precio de los combustibles”, señaló el exgobernante.
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A su juicio, Bolivia necesita “decisiones responsables que protejan el bolsillo de las mayorías”, que “fortalezcan la planificación estatal y garanticen estabilidad económica” y que “sin estudios, sin consenso y sin medidas de protección frente a la volatilidad internacional”, el retiro de la subvención “se convierte en un castigo social y no en una solución estructural”.
El exmandatario, también aseguró que el “desproporcionado incremento” de los combustibles “derivará con seguridad en el aumento de precios a todo nivel” y que el Gobierno “acaba de entregar al pueblo boliviano el peor regalo de Navidad”.
El presidente Paz anunció el miércoles el retiro de la subvención de los combustibles en Bolivia y declaró la “emergencia económica, financiera, energética y social” porque, según dijo, su país no podía seguir funcionando “con normas de los últimos 20 años”, en los que gobernaron Morales y Luis Arce (2020-2025).
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En un mensaje televisado, Paz anunció un decreto que calificó como una “decisión histórica de salvataje de la patria” que permitirá “actuar rápido, coordinar al Estado y tomar acciones firmes para estabilizar la economía, proteger a las familias bolivianas y crecer produciendo”.
Desde hace más de dos décadas, en Bolivia, el litro de diésel y gasolina se vendió a un precio subvencionado que rondó los 0,53 dólares y que anualmente representa un costo al Estado de más de 2.000 millones de dólares.
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Entre otros, el decreto anunciado establece que la gasolina especial costará 6,96 bolivianos por litro, equivalente a un dólar, la gasolina premium estará a 11 bolivianos (1,58 dólares) y el litro de diésel a 9,80 bolivianos (1,40 dólares), y mantiene en 22,50 bolivianos (3,23 dólares) el coste de la garrafa o bombona de gas licuado de petróleo (GLP).
El Ejecutivo anunció también una serie de medidas complementarias, como el aumento en 20 % del salario mínimo nacional, de 2.750 a 3.300 bolivianos (395 a 474 dólares), incrementos de bonos para adultos mayores y escolares y aranceles cero para la importación de maquinaria industrial, insumos y repuestos de vehículos, entre otros.
A finales de 2010, Evo Morales emitió un decreto que incrementó el coste de los principales combustibles entre 57 y 82 %.
Esa decisión generó una ola de protestas de diferentes sectores sociales, lo que llevó a Morales a recular y anunciar días después la anulación del alza de los combustibles.
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En meses pasados, el exgobernante expresó varias veces que era necesario levantar la subvención de los combustibles, aunque de manera gradual.
El país afronta desde 2024 problemas de abastecimiento de gasolina y diésel, pues en los últimos meses fueron recurrentes las filas de vehículos en las gasolineras, incluso de varios kilómetros, un problema que es menos constante desde que Paz asumió la Presidencia, el pasado 8 de noviembre. (I)



















