La medicina familiar es una especialidad médica que puede llegar a construir lazos intergeneracionales con familias enteras, una característica única.

Esta rama de la medicina será uno de los temas que se discutirán en el foro “Prevención y Bienestar”, organizado por Diario EL UNIVERSO y que tendrá lugar en el aula magna de la Universidad Espíritu Santo este 21 de agosto, a las 10:00.

La doctora Yenny Mejía, vicepresidenta de Gestión Clínica, Operaciones y Experiencia de Veris S. A., será una de las panelistas invitadas.

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En entrevista con EL UNIVERSO, Mejía explica la importancia de la medicina familiar, la evolución del doctor de cabecera, y lo que deben tomar en cuenta los médicos que deciden formarse en negocios y gestión.

Mejía envió sus respuestas por correo electrónico por motivos de su agenda.

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¿Cuál es la importancia del médico familiar en la actualidad?

La medicina familiar desempeña un papel fundamental y cada vez más relevante en los sistemas de salud actuales. El médico familiar proporciona atención médica integral que abarca todas las etapas de la vida, desde recién nacidos hasta adultos mayores. Esta continuidad permite un conocimiento profundo del paciente, su historia clínica, contexto familiar y social, lo que facilita diagnósticos más precisos y tratamientos más personalizados.

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Tambén son los profesionales mejor posicionados para implementar estrategias de medicina preventiva. Realizan tamizajes oportunos, inmunizaciones, educación en salud y detección temprana de factores de riesgo, lo que resulta en mejor pronóstico para los pacientes y reducción de costos para el sistema de salud.

Actúan como el primer contacto del paciente con el sistema de salud, resolviendo aproximadamente el 80-90 % de los problemas de salud en atención primaria. Esto optimiza los recursos al derivar únicamente los casos que requieren atención especializada.

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Con el envejecimiento poblacional y el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, hipertensión, obesidad), el médico familiar es esencial para el seguimiento longitudinal, ajuste de tratamientos y prevención de complicaciones.

Los sistemas de salud basados en atención primaria sólida han demostrado ser más eficientes, equitativos y costo-efectivos. El médico familiar reduce hospitalizaciones innecesarias, procedimientos redundantes y uso inapropiado de servicios de emergencia.

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¿Existe una diferencia entre un médico familiar y uno general?

Sí, existen diferencias significativas entre un médico general y un médico familiar, aunque en algunos contextos estos términos se usan de manera intercambiable. Las principales diferencias son que el médico general tiene un título de pregrado en medicina (6-7 años según el país), puede ejercer medicina general inmediatamente después del internado, formación básica en múltiples especialidades durante la carrera; en cambio el médico familiar tiene un título de pregrado en medicina general y ha realizado una residencia médica de 3 a 4 años adicionales en Medicina Familiar, tiene formación avanzada en atención primaria y está certificado como especialista en Medicina Familiar.

El médico general, además, está formado en atención médica básica y de primer contacto, maneja patologías comunes, deriva frecuentemente a los especialistas por alcance limitado, práctica limitada en procedimientos. El médico familiar realiza una atención integral y longitudinal, manejo avanzado de enfermedades crónicas, alta capacidad resolutiva, realiza procedimientos, atención obstétrica.

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El médico general se enfoca en la enfermedad, hace atenciones episódicas con una visión más biomédica. El médico familiar tiene un enfoque biopsicosocial, considera el contexto familiar y comunitario, atención preventiva y promocional más estructurada, manejo integral de la salud familiar.

Adicionalmente, el médico familiar tiene competencias adicionales en medicina preventiva avanzada, salud comunitaria, investigación en atención primaria, gestión de servicios de salud, medicina basada en evidencia aplicada a atención primaria.

Yenny Mejía, vicepresidenta de Gestión Clínica, Operaciones y Experiencia de Veris S.A. Foto: Cortesía

¿Qué tan cercanos se vuelven este tipo de médicos con las dinámicas de cada familia?

La relación entre el médico familiar y las familias suele desarrollar un nivel de cercanía único y distintivo en la práctica médica. Los médicos familiares conocen la historia médica multigeneracional de las familias, y están presentes en momentos cruciales: nacimientos, enfermedades graves, pérdidas. Por eso desarrollan una comprensión íntima de la dinámica familiar, sus valores y creencias, además de las circunstancias socioeconómicas que atraviesan las familias.

Fuera del consultorio, familias y doctores pueden encontrarse en eventos sociales, las familias los invitan a celebraciones importantes como graduaciones y bodas. Se convierten en figuras de referencia y respeto en la comunidad. Esto deriva en una mejor adherencia al tratamiento por la confianza establecida, diagnósticos más precisos, y una atención más humanizada y personalizada.

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Sin embargo, es necesario establecer límites. Los doctores no pueden ser amigos íntimos de sus pacientes, y deben mantener confidencialidad médica estricta. Necesitan ser objetivos para tomar decisiones médicas difíciles.

La cercanía del médico familiar con las familias es generalmente vista como un aspecto positivo y distintivo de esta especialidad, siempre que se mantenga dentro de límites profesionales apropiados y éticos.

¿Ha perdido fuerza la costumbre de tener un médico de cabecera por cada familia?

La práctica de tener un “médico de familia” tradicional ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas, pero no diría que ha perdido fuerza completamente, sino que se ha transformado.

En el pasado, muchas familias tenían una relación de décadas con un médico que conocía la historia clínica completa de varias generaciones. Este profesional era frecuentemente el primer y único punto de contacto médico. Hoy en día, este modelo se ha fragmentado debido a varios factores: la especialización creciente de la medicina, los sistemas de salud más complejos, la movilidad geográfica de las familias, y los cambios en la organización de la atención médica.

Muchas personas ahora navegan entre diferentes especialistas, centros de urgencias, y sistemas de salud según sus necesidades inmediatas o su cobertura médica. La continuidad de la atención se ha vuelto más desafiante, especialmente en áreas urbanas donde la rotación de médicos es alta.

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La medicina familiar mantiene ventajas únicas: permite un enfoque integral de la salud, facilita la detección temprana de problemas, mejora el cumplimiento de tratamientos, y proporciona una coordinación más efectiva entre especialistas. Además, genera confianza y comunicación más fluida entre paciente y médico.

Hay un renovado interés en modelos como la medicina familiar, la atención primaria fortalecida, y enfoques de “hogar médico” que buscan recuperar esa continuidad y relación personalizada, pero adaptados a las realidades contemporáneas.

La costumbre no ha desaparecido, pero definitivamente se ha adaptado a un contexto médico y social muy diferente.

¿Qué debería tener en cuenta una familia al elegir un médico de cabecera?

Al elegir un médico de cabecera, una familia debería considerar varios aspectos fundamentales. La especialidad en medicina familiar es importante, así como su experiencia con diferentes grupos etarios si la familia incluye niños, adultos y adultos mayores. Verificar su certificación profesional.

Algunos médicos priorizan tratamientos farmacológicos, otros integran enfoques preventivos o medicina alternativa complementaria. Es importante que la filosofía del médico se alinee con las preferencias familiares respecto al cuidado de la salud.

Hay que considerar los horarios de consulta, facilidad para obtener citas urgentes, sistema de comunicación (teléfono, mensajes, plataformas digitales), y como maneja las emergencias fuera de horario. La ubicación del consultorio también es práctica.

Un buen médico de familia debe ser accesible, escuchar activamente, explicar claramente los diagnósticos y tratamientos, y respetar las preocupaciones y decisiones informadas de los pacientes. La empatía y la paciencia son cualidades valiosas.

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Además debe tener buenas referencias con especialistas de calidad para cuando sea necesario derivar pacientes, y coordinar efectivamente la atención entre diferentes profesionales.

Un buen médico de cabecera debe enfatizar la medicina preventiva: chequeos regulares, vacunaciones, tamizajes apropiados según edad y factores de riesgo.

Idealmente, debería ser alguien que planee mantenerse en la práctica a largo plazo para establecer una relación duradera con la familia.

La química personal también importa: sentirse cómodo y confiado con el médico elegido es fundamental para una buena relación médico-paciente.

¿Qué deberían tener en cuenta los profesionales de la medicina al formarse en el ámbito de los negocios y la gestión?

Deberían considerar varios aspectos específicos de su contexto profesional. La medicina se centra en el bienestar del paciente individual, mientras que los negocios a menudo priorizan la eficiencia y rentabilidad. Es crucial aprender a equilibrar estas perspectivas sin comprometer la ética médica ni la calidad asistencial.

En salud la cuadriple meta es un objetivo que todo profesional de la medicina que quiera formarse en gestiòn y negocios debe tener claro, los cuatro elementos son: atencion centrada el el paciente y su seguridad, lograr resultados en salud, la sostenibilidad financiera, y la satisfacciòn del profesional de la salud.

Los servicios médicos tienen características únicas: demanda impredecible, urgencias, regulaciones estrictas, y la imposibilidad de “almacenar” servicios. Esto requiere modelos de gestión adaptados al sector sanitario.

Además, el sector de salud tiene regulaciones específicas sobre privacidad de datos (protección de información médica), responsabilidad profesional, acreditaciones, y normas éticas que impactan directamente las decisiones comerciales.

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Hay que manejar equipos multidisciplinarios (médicos, enfermeros, técnicos, administrativos) requiere entender las dinámicas profesionales específicas, jerarquías, turnos rotativos y la gestión del estrés inherente al trabajo sanitario.

La digitalización en salud (historias clínicas electrónicas, telemedicina, sistemas de gestión hospitalaria), además, requiere conocimientos específicos sobre implementación tecnológica en entornos médicos.

Es necesario aprender métricas específicas como tiempo de espera, satisfacción del paciente, tasas de readmisión, eficiencia quirúrgica, y cómo estos indicadores se relacionan con la sostenibilidad financiera. Entender los modelos de pago (por servicio, capitación, pago por resultados), negociación de contratos con seguros médicos, y gestión de relaciones con proveedores de equipos y medicamentos.

¿Qué papel juegan la tecnología y la data en la práctica actual de la medicina?

La tecnología y los datos han transformado profundamente la práctica médica moderna, convirtiéndose en elementos centrales del cuidado de la salud.

La inteligencia artificial ayuda en la interpretación de imágenes médicas (radiografías, tomografías, resonancias), análisis de patrones en electrocardiogramas, y detección temprana de enfermedades. Los algoritmos pueden identificar patrones que el ojo humano podría pasar por alto, mejorando la precisión diagnóstica.

Los datos genómicos y biomarcadores permiten tratamientos individualizados. La farmacogenómica ayuda a seleccionar medicamentos y dosis específicas según el perfil genético del paciente, reduciendo efectos adversos y mejorando eficacia terapéutica.

A su vez, las historias clínicas electrónicas facilitan el acceso inmediato a información médica completa, mejoran la continuidad de la atención entre especialistas, reducen errores por medicación, y permiten análisis poblacionales para identificar tendencias de salud.

La telemedicina es otro aspecto por considerar. Ha sido especialmente acelerada por la pandemia, permite consultas a distancia, seguimiento de pacientes crónicos desde casa y acceso a atención especializada en áreas rurales. Los dispositivos wearable monitorean signos vitales continuamente.

Los algoritmos pueden predecir complicaciones hospitalarias, identificar pacientes de alto riesgo, optimizar la asignación de recursos, y alertar sobre posibles deterioros clínicos antes de que se manifiesten síntomas evidentes. Los robots quirúrgicos permiten procedimientos más precisos, menos invasivos, con mejor visualización y control fino de movimientos, reduciendo tiempos de recuperación. (I)