Gran parte de la labor de conservación y educación ambiental es lograr que las personas sientan que no es un problema ajeno a ellos, según Jéssica Quintana, codirectora de educomunicación del proyecto La Fuente, que diseña estrategias integrales para la protección de la cuenca del río Daule.

Sobre el cambio climático, recalca que “muchas veces pensamos que son realidades ajenas a nosotros, o que lo que yo hago es un evento aislado o que no tiene ningún efecto”.

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Para este fin, el proyecto La Fuente cuenta con insumos educativos para las comunidades que habitan en la cuenca del Daule, como cursos online. También organizaron un concurso destinado a profesores, en el cual debían identificar una problemática ambiental en su comunidad y proponer un proyecto educativo que involucre a sus alumnos y a miembros de dicha comunidad para intentar resolverlo, utilizando recursos educativos proporcionados por el proyecto Fuente.

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La propuesta ganadora fue la del docente José Gustavo Briones, de la Unidad Educativa San Jacinto en Colimes, Guayas. Su proyecto busca reestablecer la conexión emocional de la comunidad con el río mediante salidas de campo, talleres y capacitaciones.

Briones se hizo acreedor de una beca completa para una maestría de Educación en la Universidad Casa Grande.

Aunque la capacitación y concienciación de aquellos que habitan en la cuenca del río es importante, Quintana reconoce que parte del problema también radica en las malas prácticas agrícoles, el modo de producción y la continua ampliación de la frontera agrícola.

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Giovanni Ginatta, secretario técnico del Fondo de Agua para la Conservación de la Cuenca del río Daule, considera que el mal uso del suelo es parte del problema. “Dejar el suelo pelado” en laderas con inclinación durante la época de siembra de maíz causa erosión, importante “por los sedimentos que caen en el agua del río”.

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Los monocultivos también son motivo de preocupación. Aunque las plantaciones de productos de corto ciclo como arroz y maíz son necesarios, continúa, se los debería hacer en lugares adecuados y con las consideraciones ambientales pertinentes a las características del suelo que se usa, logrando que el cultivo principal conviva con otras especies.

“Así el agricultor cuida el suelo porque no hay un mal uso y cuida el agua, pues hay un colchón de suelo que absorbe más el agua”, además de que diversificar sus cultivos puede ser beneficioso económicamente, pues la baja de precios de un cultivo en específico no pondría en tantos apuros al productor, contrario a lo que sucede con los monocultivos.

“La agricultura y el manejo del suelo y el agua son un problema para la cuenca”, indica.

También señala el “uso indiscriminado de pesticidas”, sin tener en cuenta cuánto se debe usar ni la frecuencia.

Otra fuente de contaminación es el vertimiento de aguas servidas en el afluente, pues “la mayoría de las poblaciones en Ecuador no tienen un tratamiento de agua servidas moderno, disponen el agua a los ríos sin tratamiento o con un tratamiento parcial. Esa carga orgánica debe detenerse” para remediar la calidad del agua.

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Un estudio de la Universidad San Francisco de Quito en 2021, que analizó doce ríos en once provincias, determinó que todos están contaminados, tanto con bacterias, pues tenían niveles de Escherichia coli y coliformes (que podrían causar diversas afectaciones de salud como diarrea y enfermedades respiratorias), más altas que el permitido para consumo.

Los ríos más contaminados serían el Guayas y el Machángara, que atraviesa Cuenca.

Otro estudio realizado por estudiantes de la carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad Politécnica Salesiana en 2022 buscó determinar relaciones entre la densidad poblacional, migración y longevidad con el nivel de la calidad del agua del río Daule.

Una de las conclusiones a la que llegaron fue que existe una relación directa entre la migración y el arsénico presente en el agua. “A mayor nivel poblacional, mayor es la concentración de arsénico en los sectores aledaños al río Daule”.

La toma de muestras y mediciones que realizaron también los ayudaron a determinar que los niveles de hierro presentes en zonas del río aledañas a compañías industriales eran más altos al compararlos con los niveles de este químico en sectores residenciales. (I)