Hasta el 2018 se mantenía el nivel de nacimientos en el país entre 290.000 y 296.000, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Pero desde el 2019 se refleja un descenso a 286.684 nacidos vivos, luego en 2020, año de pandemia, hubo 266.919, hasta llegar al 2021 con 251.106 registros de nacidos vivos.

Los datos presentan márgenes de reducción entre 7.000 y hasta 19.000 infantes en la tasa de natalidad.

De acuerdo a especialistas, la planificación familiar o problemas biológicos serían los motivos principales del descenso.

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Rocío Játiva, coordinadora de la carrera de Psicología en la Universidad Internacional SEK (UISEK), menciona que hay factores sociales, educativos, económicos y hasta biológicos.

En el asunto educativo, la psicóloga señala que hay un interés por buscar información -incluso en internet- sobre cómo tener una vida sexual sin llegar al embarazo. “Incluso las redes sociales son medios que ayudan en la educación y socialización. Ahora hay más acceso a la planificación familiar y esto va de la mano con los métodos anticonceptivos”, asegura Játiva.

En este punto concuerda la doctora magíster y ginecóloga Shirley Flores, quien ha registrado un aumento de pacientes que buscan una planificación familiar. “Vienen mujeres que quieren cuidarse, algunas que ya han tenido tres hijos y no quieren más. Vienen muchas adolescentes para ponerse el implante en el brazo, que dura de tres a cinco años. Hasta los hombres ya vienen a realizarse la vasectomía”, dice Flores.

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A ese listado, Játiva quiere añadir el factor social-cultural. “El sensibilizar el enfoque de género ha ayudado a la reducción de tasa de natalidad, ahora las personas toman su propia decisión porque hay más conciencia de la responsabilidad que se tiene de ser padres y madres”, sostiene Játiva, quien agrega que lo biológico también es parte de la reducción de nacimientos, porque hay mujeres que no pueden tener hijos por los riesgos de embarazos y demás motivos médicos.

Y Flores, además, enfatiza que la falta de ingresos puede mermar esa posibilidad de tener hijos, que también va de la mano de una concienciación.

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Por ejemplo, Erika tiene 34 años y quiere tener al menos un hijo. Pero mientras no concluya con sus planes profesionales y no ahorre dinero, no piensa hacerlo. “Si se pasa la edad, ya no puedo hacer nada, pero no quiero tener un bebé sin darle una estabilidad”, explica.

“Usted ve que ahora las personas quieren tener sus títulos profesionales y luego ser padres”, comenta Flores.

En tanto, las cifras del INEC además reflejan una disminución a nivel provincial donde los motivos serían diferentes. En Pichincha hubo 49.644 nacidos vivos en 2013; cifra similar en 2015, pero desde el 2016 va cayendo a 47.000, después a 40.000, hasta llegar al 2021 con 34.577 nacidos.

En Guayas, se mantienen en los promedios de 60.000 a 75.000. El año anterior fue de 61.157 nacimientos.

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Goretty es comunicadora social y siempre ha aprovechado todas las oportunidades laborales referentes a su carrera. Ella viajaba mucho de Quito a Guayaquil, y viceversa. Luego decidió tener dos hijos, a quienes los vio nacer en Guayaquil.

Por el mismo motivo Jonathan, de 39 años, también dejó Quito. Él vivía en el sector norte de la ciudad y se mudó, primero a la provincia de Santa Elena y después a Guayaquil por su trabajo, que requería su presencia en la urbe porteña. Es allí donde Jonathan formó su familia. Se casó y sus hijos nacieron en Guayaquil y no tienen ningún plan de regreso a Quito.

Tanto Goretty como Jonathan dejaron Quito por cuestiones laborales, uno de los motivos, que de acuerdo a especialistas, habría generado una reducción de la tasa de natalidad en la provincia de Pichincha y, en consecuencia, un ligero aumento en Guayas.

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“Esto puede ocurrir, pero no es la principal razón. Recordemos que hay mayor interés por los usos anticonceptivos”, puntualiza la ginecóloga Flores.

Dentro de la tasa de natalidad, la provincia del Azuay muestra también una caída notoria. Por ejemplo, en 2013 hubo 14.587 nacimientos; en 2016, 13.825; en 2019 fueron 12.826; para el 2020 con 11.613 y el año anterior llegó a 10.073.

Para Játiva, la provincia del Azuay es un análisis puntual y se trata de la migración. “Cada provincia responde a una situación específica, en Azuay puede considerarse la migración. Vemos que no solamente hay disminución en natalidad, sino también de su población en general porque el problema de la migración es muy alto”, indica Játiva.

La psicológa de UISEK considera que la tendencia de reducción se mantendrá. “Porque hay conciencia en la población de la responsabilidad que implica ser padres, sobre todo la situación económica que estamos viviendo en el país y eso influye en la toma de decisiones. Ahora se ve a muchas mujeres que han optado dentro de su proyecto de vida por no tener hijos. Conforman parejas, viven juntos, pero no se contempla ser padres”, dice.

Dentro de los 251.106 nacimientos en 2021, hay 221.147 que fueron asistidos por el personal médico; 21.818 por obstetras; y 585 por parteros o parteras no autorizados. Entre los nacimientos hubo 122.958 mujeres y 128.148 hombres. Además, hubo 21.552 nacidos con bajo peso.

Las cifras muestran que 39.486 mujeres de 15 a 19 años se convirtieron en madres; y 1.843 entre los 10 y 14 años. “Una mujer después de los 19 años ya tiene la pelvis desarrollada y lo mantiene hasta los 35 años. Posteriormente y antes de los 19 hay riesgos. Por eso la planificación es clave”. (I)