Como un hombre creativo y apoyando las causas sociales es como recuerda Robi Yánez a Ángel Rafael Menéndez Mora, un pintor oriundo de Manabí que desapareció a los 33 años.
Ángel decidió viajar a Venezuela desde Quito el 20 de noviembre de 2022. Su motivación: el gusto por recorrer paisajes. Él se fue en bus y se contactó cuando estuvo en Colombia; y después, al arribar a Caracas (Venezuela).
La comunicación era esporádica, pero la había, dice Robi. “Él siempre decía que se iba a ir, pero ya lo hizo material. Me regaló un cuadro y tuvo contacto con otros amigos que le escribían. Él llegó muy rápido a Venezuela, como en una semana”, cuenta.
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A sus amigos les había indicado que estaba en ese país; pero a su madre, de acuerdo con Robi, le indicó que fue a la selva, específicamente a la Amazonía. “Eso no tenía ninguna relación con lo que le dijo a su madre. No hubo mucha claridad sobre adónde se fue”, relata Robi.
En medio de eso, la madre de Ángel le enviaba dinero para que pudiera subsistir. El último contacto que tuvo fue el 6 de diciembre de 2022, y el 7 de diciembre con una amiga, según Robi. “Luego pasa mes y medio y no se sabe nada, no se conecta a las redes sociales, y empieza la preocupación. La mamá presenta la denuncia a mediados de enero. Han pasado tres meses desde el último contacto”, afirma.
Cuando la madre de Ángel puso la denuncia, después se emitió un oficio para que empezaran las investigaciones y asignaron a un policía de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased). Tomaron la declaración de ella y de Robi.
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“Se solicita a través de Fiscalía que se pida información a la Subsecretaría de Migración, Banco Pichincha e Interpol”, dice Robi, y agrega que aún están esperando el movimiento de la cuenta bancaria de Ángel para saber cuál fue el último lugar en el que retiró el dinero que le enviaba su mamá.
De acuerdo con Robi, la Subsecretaría de Migración le indicó que Ángel no pasó por el control migratorio, por lo cual se cree que lo habría hecho de manera irregular. Pero Robi está seguro de que con los movimientos bancarios se tendría una mejor pista del paradero de su amigo.
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“El 10 de febrero se solicitó el informe, y hasta ahora no responde. Solo es imprimir los movimientos bancarios, porque con esa información se va a tener un panorama más claro de su recorrido, porque en algún momento debió sacar dinero. Pero no existe el interés (de ayudar)”, lamenta.
Ángel ahora tendría 34 años. Él realizó su tesis universitaria sobre las personas desaparecidas; la tituló “La representación de la ausencia de los desaparecidos políticos en el Ecuador de la época del 84-88 a través de un proyecto escultórico”. Y eso le causa asombro a Robi: que hoy su amigo es el desaparecido.
En Ecuador trabajaba pintando murales, que era su pasión, pero en otras ocasiones laboraba en restaurantes. Ángel no se complicaba: para él lo importante era generar ingresos, fuera o no con su carrera. “Es una persona con una conciencia social bastante profunda”, dice Robi.
Ángel junto con sus amigos entregaba comida a personas de la calle, y hasta colaboró en el aluvión en La Gasca, en Quito, ciudad donde Robi lo conoció hace dos años. “Es una persona con muchos proyectos en mente. Lo recuerdo cuando trabajábamos en mingas, estar dispuesto a colaborar, pintando murales. Yo estoy tratando de saber qué pasó con mi amigo; lo que más me queda es esta preocupación”, sostiene.
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En 2022, el país tuvo 594 personas reportadas como desaparecidas; en 2021 fueron 360; en 2020, 227; y en 2019, 252. La mayoría de desaparecidos son hombres, según cifras del Ministerio de Gobierno.
Docente reportado como desaparecido en Guayaquil fue hallado escopolaminado
“Esto te pone a reflexionar... (Crees) que no le va a pasar a tu círculo cercano, como una realidad alejada a la vida cotidiana que llevas, pero de pronto surge este problema: un conocido, familiar... Queremos que exista un apoyo institucional. Sabemos que los primeros días son importantes; mientras más tiempo pasa, se tiene la posibilidad de un tipo de daño”, dice Robi.
Además, reprocha la falta de seriedad de las autoridades. “Hay que tomarse en serio el tema. La mediatización del caso influye en cómo trabajan las instituciones, y eso es también injusto, porque no todas las personas tienen la posibilidad de sacar a la luz un tema de desaparición”, menciona Robi, que tiene el título de abogado.
Este amigo solo espera que Ángel esté vivo para volver a ver las pinceladas que tanto le gustaba dar y ese apoyo a las causas sociales. (I)