Los ecosistemas marinos enfrentan desafíos importantes de conservación como la contaminación y la sobrepesca. Cómo lidiar con estos y otros problemas es el foco del Foro Azul, organizado por Diario El UNIVERSO y que se desarrolló en CinemaMalecón, zona norte del Malecón Simón Bolívar, en Guayaquil, este jueves, 27 de noviembre.
El evento consistió en dos charlas antes de la intervención de un panel de cinco expertos en biología, conservación, comunicación y manejo ambiental, fotografía marina y sostenibilidad.
“Nos dimos cuenta de que había una ausencia de proyectos locales de restauración marina”, dijo Anna Borges, bióloga marina, fundadora y presidenta de Conmar, encargada de la primera charla sobre cómo se formó su fundación.
Publicidad
Esta es la víbora de Manabí a la que la destrucción del bosque seco tiene en peligro de extinción
Borges resaltó la importancia de los ecosistemas marinos para la vida humana a través del turismo y otras actividades económicas.
Su intervención se centró en el estado de los arrecifes del Ecuador, con viveros de coral en sitios como la isla Salango y el islote Sucre, proyectos que también involucran a la comunidad.
Las áreas de viveros y restauración están en constante monitoreo por parte del equipo técnico de Conmar para asegurar que las condiciones sean óptimas para el crecimiento del coral.
Publicidad
En este aspecto del proyecto también colaboran personas de las comunidades circundantes. Miden la abundancia de peces, por ejemplo. Otro proyecto de la fundación con buenos resultados consiste en poner arrecifes artificiales.
Paola Sangolquí, máster en Biología y Sociedad por la Universidad Estatal de Arizona y encargada de la segunda charla, explicó que las funciones de la fundación Jocotoco (de la cual también es parte) en Galápagos tienen un enfoque de restauración de islas. Trabajan en la isla Floreana.
Publicidad
Un ejemplo es el trabajo de Jocotoco con las aves marinas de Galápagos. Las monitorean con cámaras trampa, se intenta controlar a las especies invasoras que las amenazan y revisan sus estados de salud y nidos.
Jocotoco escogió desarrollar el proyecto en la isla Floreana debido a su alta tasa de extinción de especies. La iniciativa consiste en tres fases: planificación, que duró doce años; erradicación de especies invasoras, como roedores y gatos; y remover a los últimos remanentes de animales invasores para luego pasar al proceso de restauración.
Ya han visto resultados: el pachay de Galápagos, que no había sido visto en Floreana desde 1835, ha vuelto a la isla. También se han recuperado las poblaciones de caracoles endémicos y se han registrado petreles de Galápagos en más sitios.
En febrero de 2026 empezará la reintroducción de tortugas en Floreana, seguida de otras doce especies.
Publicidad
Trazabilidad de los productos marinos
Edmundo Torres, comunicador ambiental y socio fundador de Pacto x la Sostenibilidad y primer panelista en intervenir, señaló la importancia de diferenciar la comunicación ambiental de la tradicional.
“Nosotros vamos mucho más atrás. Comunicar es un acto de responsabilidad, cuando arrancamos cualquier tipo de proyecto es importante saber cómo se pesca, dónde se pesca, quiénes pescan, si tienen producción sostenible. Todo ese camino hasta llegar a la venta es lo que comunicamos, por lo general son historias lindas y satisfactorias”, explicó Torres, agregando que el 70 % de los consumidores prefiere productos sostenibles.
Melissa Aguirre, gerenta de Asuntos Corporativos de Nirsa, resaltó que esa empresa se dio cuenta de que los recursos que necesitaban, como el atún, eran finitos. Por eso monitorean las actividades pesqueras de las que se nutren, ofreciendo trazabilidad y transparencia a sus clientes.
Los ríos absorben mucho más CO² de lo que se creía en desiertos, entornos áridos y matorrales
Ciencia y academia
Xavier Chalén, biólogo y máster en Ciencias, consideró que tres factores son “básicos” para mejorar el conocimiento sobre el océano: observar mejor, es decir saber los impactos del cambio climático y la situación de las poblaciones de peces, por ejemplo; compartir información entre distintos organismos de monitoreo e investigación; y hacer más disponibles datos para la toma de decisiones.
En cuanto a innovaciones técnicas, Chalén expresó que lo importante es darle un uso adecuado a la tecnología.
“Tal vez lo que podemos hacer es reducir los costos de monitoreo, ser más eficientes. Tecnologías como el posicionamiento satelital y radial, el uso de drones, cámaras trampa en manglares pueden reducir el costo de monitoreo”, añadió. “Conectar a las personas con el manglar también sirve para un monitoreo participativo”, manifestó.
Economía azul
Bianca Dáger, lideresa en sostenibilidad y fundadora de Setenta-Treinta, consideró que el concepto de economía azul es factible mediante proyectos como el Corredor Azul, concentrado en las primeras ocho millas náuticas del país. Resalta el rol de los pescadores artesanales como aliados para la conservación y los planes de manejo pesquero.
“Cuando no hay control lo que vivimos es una fiesta, eso es lo que vivimos en nuestras primeras ocho millas (...). Hay especies que antes eran abundantes y que hoy ya no se encuentran”, comentó Dáger. “La filantropía juega un rol importante para generar data, de tener los primeros pasos” para el sector pesquero artesanal.
Además, Dáger detalló que una posibilidad sería que los sectores pesquero y camaronero paguen a organizaciones conservacionistas por sus actividades como parte de un esfuerzo de economía azul.
“Veo cuatro oportunidades: la modernización del sector pesquero artesanal, utilizar la naturaleza como infraestructura, descarbonizar las cadenas de valor pesqueras y carreras técnicas para pescadores”, puntualizó.
Para Aguirre, es importante pasar de la filantropía a acciones concretas desde el sector privado, como medidas para no afectar a especies vulnerables, además de iniciativas que involucren a la comunidad.
Uno de los desafíos es luchar contra la pesca ilegal. Otro es la recopilación de datos, además del financiamiento y los esfuerzos de educación ecológica en comunidades.
Dentro del océano
Roberto Ochoa, fotógrafo y director submarino, compartió que las especies marinas que viven en Ecuador son “hermosas e inteligentes”, como las mantarrayas. Sin embargo, también destaca la fragilidad de la fauna marina.
“Hay que tratar de que la gente que nos sigue en estos videos y fotografías visite por primera vez estos parques, que son los más hermosos del mundo”, señaló Ochoa.
Los bosques secos de Loja tienen una nueva especie de árbol: conoce a ‘Spirotheca zapotillana’
A su vez, el fotógrafo y director señaló que la comunicación sobre las especies, como tiburones, sigue siendo deficientes. Él les tenía miedo a los tiburones debido a la mala fama que tienen, pero con el tiempo y sus experiencias de buceo se dio cuenta de su valor y su verdadera naturaleza. (I)


























