Las reacciones de las personas cuando escuchan ráfagas de bala o están en medio de un asalto, evidenciadas en videos, reflejan que no hay una preparación de cómo la gente debe actuar ante este tipos de hechos que ponen en riesgo la vida.

Escuchar las ráfagas de bala o presenciar una balacera da un mayor margen de maniobra, ya que el sonido alerta de lo que sucede y hay un tiempo crucial para tratar de ponerse a salvo, asegura John Garaycoa, licenciado en Criminología.

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La trayectoria de las balas y el daño que pueden ocasionar son impredecibles. La consecuencia depende del tipo de proyectil, de arma, de la calidad de la bala, de la distancia que se tenga, de la fuerza que vaya perdiendo.

‘Si pasaba más lento la bala me daba a mí o a mi novia’, cuenta joven que se salvó de ser alcanzado por un proyectil que marcó su carro cuando circulaba por la vía a Daule

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“Hay balas de 50, 100, 500 metros. Son muchos factores los que determinan el efecto de un disparo”, según Garaycoa.

En el caso de las balaceras, si se está en el exterior realizando alguna actividad o caminando, la recomendación principal es resortear, que es tirarse al piso, bajar la exposición del cuerpo.

Otra alternativa es colocarse detrás de un muro de cemento o debajo de un carro. “Uno tiene que estar psicológicamente preparado. Son reacciones a manera de un resorte, tener la agilidad mental para poder reducir el blanco”, asegura el especialista.

Si se escucha la ráfaga de disparos mientras se conduce un auto, la opción es detenerse y recostarse a la altura del volante, agrega, para protegerse detrás del motor . “Así, si la carrocería o el motor no detiene la bala, se reduce el impacto del proyectil que me puede afectar”.

Hay que entender que todo lo que sube, baja. “Muchas veces hay disparos al aire y ese proyectil puede atravesar el techo de un carro cuando desciende. No cae con la misma fuerza, pero sí penetra un cráneo o un techo, por el mismo peso, y dependiendo de la altura va a caer con mayor o menor velocidad, pero igual afecta a un humano”.

¿Cuáles son las opciones ante un robo a mano armada?

Giancarlo Loffredo muestra en la red social @DonVolsas en Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y TikTok de forma interactiva cómo se debe actuar ante hechos violentos, como un robo a mano armada. “Sobrevivir ante la delincuencia”, dice en una de sus publicaciones.

En un post de Twitter señala que en una ciudad de alto riesgo la pregunta no es si te van a asaltar o no, sino cuándo será.

Loffredo recalca que se debe tener un plan preconcebido viendo todos los escenarios que pueden ocurrir. Desde asegurar todas las puertas de los carros mientras se conduce hasta tomar rutas alternativas, no siempre la misma, y estar vigilantes en situaciones vulnerables como en la parada de los semáforos.

Uno de los últimos hechos grabados que muestra la reacción de una pareja que estaba siendo asaltada, en Los Ceibos, en el oeste de Guayaquil, evidencia una serie de errores como no tener las puertas aseguradas.

‘Me llevé las manos al pecho, según yo, para aguantar la bala, pero vi que la pistola tenía un orificio muy pequeño y arranqué’

Una de las respuestas naturales ante el estrés es el congelamiento, explica Loffredo, en referencia al conductor que se queda paralizado frente al volante, mientras su pareja grita desesperada, ante dos hombres que los apuntan desde afuera.

“No existe el mal o buen proceder, esta es una reacción natural de una persona que no está preparada”, manifiesta el profesional especializado en Israel.

Una de las situaciones es bloquear los seguros. Hay autos en los que se puede hacer esto de forma automática, pero siempre tener presente el hábito de verificar que las puertas estén bloqueadas.

Si se falla en prevenir hay tres alternativas: huir, luchar o cooperar, todas son válidas y van a depender de la personalidad. Lo importante es que se tenga un plan basado en estas opciones y practicar, recomienda Loffredo.

Otro de los consejos es llevar señuelos como un celular básico, que no sea de alta gama, y una billetera con billetes de baja denominación y tarjetas de crédito ya caducadas con los nombres no visibles para entregar a los delincuentes en caso de que se siga el camino de cooperar. (I)