El sueño de Gloria Laime siempre quizo ser mamá y desde muy joven comenzó a planificarlo. Ella opina que para traer un bebé al mundo es necesario la planificación familiar y financiera para que a ese menor no le falte nada.
Y es lo que hizo Gloria en estos últimos años. Estudió y se graduó de médica pediatra. Puso su consultorio y desde ahí empezó la realización de su anhelo.
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A sus 37 años quedó embarazada, pero perdió a ese bebé. “La primera vez que uno tiene una pérdida es duro porque uno no la supera y volver a intentarlo es más difícil porque siempre se queda ese pensamiento de si volverá a pasar”, cuenta Gloria, quien acudió a un psicólogo.
Y ese intento continuó cuando tenía 44 años. Volvió a quedar embarazada, pero también lo perdió. “Tuve miedo de que otra vez vuelva a pasar. Yo solo le pedía a Dios lo que yo quería, independientemente de la situación, mi anhelo era ser madre y volví a intentarlo”, relata.
Gloria en esa oportunidad quedó embarazada a los 45 años y volvió ese temor a la pérdida. Tuvo un embarazo complejo y necesitó de reposo. “Los anteriores embarazos llegaban a los tres meses y se venían los niños. Me dijeron que debía cuidarme de un riesgo de preeclampsia por la edad y antecedentes”, comenta Gloria.
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Pasaban los meses y llegó el día de que nazca Ximena. “Le pedí a Dios ese milagro y que decida en su tiempo. Se dio ahora a mis 45 años y para los médicos era imposible. Es una niña sana, no tiene complicaciones porque como medico sé que después de los 35 años las complicaciones son grandes. Y aquí estoy con el milagro de Dios”, cuenta emocionada.
Ximena nació mediante cesárea y hoy tiene dos meses y es la sexta nieta de la familia. Es la más consentida. Gloria cada vez que mira a Ximena recuerda su nacimiento. “Estaba muy ansiosa, tenía miedo por todo, de que salga bien y estaba pendiente que llore, en el momento que lloró solamente lo que hice fue agradecer a Dios. Ya cuando la doctora me la presentó, la vi y no lo creía en ese momento, que la tenía en mis brazos y la podía abrazar. Se me fueron unas lágrimas de felicidad y no la quería soltar”, señala la madre primeriza, quien recibe apoyo de su familia.
En las próximas semanas Gloria regresa a trabajar y eso la entristece porque tendrá que separarse por algunas horas de su bebé. “Es que el amor de una madre hacia sus hijos es infinito y es un regalo que Dios me dio y tengo que cuidarla, protegerla y amarla”, expresa.
Antes, durante y ahora que Gloria tiene a su bebé siempre ha lidiado por los cuestionamientos de la sociedad sobre que ya no está en edad de tener hijos. “Sí afectan los comentarios, no solo de la gente sino la parte médica porque te catalogan por una edad, un número y te dicen que ya no puedes ser madre y te condiciona. Eso te deprime como mujer, te hace sentir que ya no eres reproductiva y lo viví con algunos médicos, pero otros me dieron esperanza”, recuerda.
Gloria siempre estuvo consciente de su edad y de los riesgos, pero asegura que los casos nunca son iguales. “Sé que la ciencia dispone de muchas cosas y se habla que después de los 40 años es más difícil la concepción porque el ritmo de la mujer no es igual, se habla de la calidad de óvulo de la mujer, pero depende del estilo de vida y tampoco podemos decir que después de los 40 años saldrá un niño especial. Actualmente estamos viendo mujeres jóvenes de 18, 20 años que nacen con niños con síndrome de Down y no es por la edad”, argumenta.
Esta madre señala que los cuestionamientos son más en Latinoamérica. “En países europeos la mujer los tiene después de los 40 años porque antes se dedica a trabajar y luego a ser madre. En nuestro país es muy categorizada la mujer por la edad y te lo van diciendo de frente y hay que estar bien emocionalmente para soportarlo. Cuando uno es joven se dedica a trabajar y no lo disfruta, se te complica y lo dejas al cuidado de otras personas. Capaz ya me jubilo y llegó a otro estatus porque tengo la posibilidad como para darle una educación adecuada”, menciona Gloria.
La mujer confiesa que en caso de que no hubiese tenido a Ximena, su opción era adoptar. “Porque ser madre no significa tener un niño en el vientre, es dar bienestar, amor”, dice Gloria, quien aconseja a otras mujeres que no pueden tener hijos: “que no se rindan, oren mucho y pidan a Dios, a veces uno tiene que arrodillarse y esperar lo que él decida para uno. El tiempo de Dios es perfecto”, comenta Gloria. (I)