Jéssica Mendoza, de 42 años, estudió pedagogía, y solía trabajar como maestra en una escuela particular, pero no a tiempo completo. En un periodo de vacaciones escolares quedó embarazada de su primera hija, y empezó a vender por catálogo, una modalidad de negocio en la que vendedoras independientes van de puerta a puerta o envían opciones de forma digital a sus clientes para ofertar el stock de productos de la empresa.