Se muestra como una de las más tímidas del famoso Parque de las Aves, un lugar donde la majestuosidad de las especies se convierte en atractivo de turistas que visitan Foz de Iguaçu, en Brasil, pero más que eso es un centro de conservación de las aves de la Mata Atlántica. Ahí está la cotorra pechigrís (Pyrrhura griseipectus), también conocido como periquito sujo.
Letreros advierten que es el periquito más amenazado de las Américas, mientras los cuidadores explican que ejemplares de esta especie llegaron al parque rescatados del tráfico desde 1999. En los años 2005, 2008 y 2015, al menos, hubo una reproducción exitosa en cautiverio con el propósito de liberarlos en un ambiente idóneo.
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El parque registra que en octubre de 2024 dos ejemplares nacidos en sus predios fueron reintroducidos en su hábitat natural en la Serra de Aratanha, en la región de Ceará. Esto como parte del proyecto Cara-Suja que lidera la Asociación para la Investigación y Preservación de Ecosistemas Acuáticos Aquasis.
“Estamos sumamente orgullosos de ver los frutos del trabajo y la dedicación de tantas personas. Fue un proceso largo y desafiante (...). Pero cada paso fue esencial para asegurar que estas aves estuvieran listas para una translocación exitosa, contribuyendo así a la recuperación de la especie en su entorno natural”, sostiene Paloma Bosso, la directora técnica del Parque de Aves, en una publicación en portugués de la página oficial.
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El Parque de las Aves tiene 35 años funcionando como centro de rescate, refugio y conservación de aves de la Mata Atlántica. Ahí conviven en 16 hectáreas, adecuadas por especies, flamingos, tucanes, guacamayos de varios tipos y corocoros que impresionan con sus colores, en tanto que los urataús son aves singulares que permanecen inmóviles la mayor parte del día, e impresionan al descubrirlos perfectamente camuflados como troncos de árbol.
El pavón piquirrojo es una de las 120 especies de la Mata Atlántica que están en peligro y el Parque de las Aves trabaja en su rescate y reproducción. El pavón de Alagoas (Pauxi mitu) despierta curiosidad con su pico azul brillante y cabeza y cuello blanco. Este ha podido ser reintroducido a su hábitat gracias a programas de conservación como el Parque de las Aves.
La cotorra pechigrís o periquito cara suja pasó de estar en peligro crítico a catalogarse en peligro en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza en 2017. Hoy es parte de los programas exitosos del Parque de las Aves, que en sus 16 hectáreas cautiva a los visitantes. Su labor se apoya en los turistas que pagan una entrada de $ 16, consumen en su complejo gastronómico y adquieren recuerdos en su tienda.
A diario el parque composta un promedio de 65 kilogramos de residuos orgánicos generados por la alimentación de visitantes, colaboradores y animales, totalizando 24 toneladas de composta al año destinada a la jardinería. En ese hábitat, además, mariposas de colores completan el paisaje. (I)