Manabí tiene un turismo que va más allá de sus playas. Para el feriado del 10 de agosto, esta provincia invita a explorar sus ríos, cascadas y una de las mejores gastronomía del país.
Desde reservas naturales hasta platos típicos como la tonga y el caldo de gallina criolla, los cantones de Bolívar, Chone, Santa Ana y Rocafuerte ofrecen estas experiencias .
Publicidad
“Manabí no solo es playa, es naturaleza, cultura y sabores que representan nuestra identidad”, asegura Marta Chávez, especialista en turismo del municipio de Bolívar.
En este cantón, la represa La Esperanza, encabeza la lista de atractivos. Este embalse atrae a visitantes con paseos en kayak y botes, además de vistas panorámicas rodeadas de vegetación.
Publicidad
“La represa es nuestro destino más visitado, ideal para quienes buscan aventura y conexión con la naturaleza”, destaca Chávez.
Las cascadas de Chapulín, aunque con menos agua en esta temporada, son perfectas para caminatas y fotografía.
Además, el museo Ovidio Velásquez Anchundia ofrece un vistazo a la historia local con exposiciones y visitas guiadas. La gastronomía manabita destaca en Bolívar con platos como el caldo de gallina criolla, la tonga y el viche de pescado.
En la parroquia Membrillo, el turismo rural seduce con la experiencia del cacao en la finca agroturística de Sergio Pachar.
“Aquí, los visitantes conocen el proceso del mejor cacao del mundo”, explica Chávez.
Para quienes buscan hospedaje, las casas en los árboles de Pachar combinan descanso con actividades como chi kung, una práctica similar al yoga y pesca.
Mar turquesa, arena blanca y pozas naturales: así son las playas sostenibles de Manabí
En Chone, a pocos minutos del centro de la ciudad, el humedal La Segua despliega 1.700 hectáreas de espejos de agua. Este espacio protegido ofrece paseos en bote, observación de aves desde una torre y la oportunidad de degustar el chame, un pescado local que protagoniza la gastronomía.
“El chame frito con patacón y ensalada cuesta entre $ 6 y $ 7, una delicia que define a Chone”, afirma Jimmy Giler, director de Turismo del Municipio. Balnearios como La Poza y cascadas como Caracol y Agua Viva completan la oferta natural.
Chone también celebra este feriado con su tradicional Motoaventura, un evento que reúne a más de 200 motociclistas de todo el país. “Desde el viernes hasta el lunes, los visitantes recorren cascadas, ríos y disfrutan de actividades culturales”, detalla Giler.
Para quienes deseen quedarse, el cantón cuenta con capacidad para 750 personas en hoteles y hosterías como la Quinta Elsa del Carmen, con cabañas ecológicas rodeadas de naturaleza.
Otro cantón manabita con un gran atractivo turístico es Santa Ana. La ciudad enamora con su biocorredor turístico del río Grande, que abarca 41 kilómetros desde Lodana hasta Honorato Vásquez, justamente en la represa Poza Honda.
“Allí hay varias paradas con restaurantes y balnearios donde la gente puede disfrutar de la comida manabita. En cada tramo hay algo distinto”, expresa Ana Navarrete, funcionaria del municipio de Santa Ana.
En esta zona hay diferentes lugares de venta de empanadas de queso, longaniza, camarón y pollo. Cada una a un costo de $ 0,50.
La represa Poza Honda, en la parroquia Ayacucho, ofrece paseos en lancha entre paisajes llenos de fauna y flora. Balnearios como San Valentín, la Poza Azul y la Cascada Salto del Desgraciado son ideales para familias.
“Santa Ana combina la frescura de sus ríos con una gastronomía que resalta en hornos de leña”, agrega.
Platos como empanadas, secos de gallina y corviches deleitan a los visitantes. Restaurantes como Las Guaijas y La Lucha sirven estos platos al borde del río.
Santa Ana se encuentra a 30 minutos de Portoviejo y a una hora y media de Manta. La cabecera cantonal cuenta un hotel para quienes deseen hospedarse.
Otra zona manabita muy visitada es Rocafuerte, cuna de los dulces, combina atractivos naturales con una variada oferta gastronómica .
Balnearios como El Cerrito, Las Jaguas, Los Pocitos y Puerto Loor invitan a refrescarse en aguas dulces. El humedal El Tabacal y el Peñón Virgen Blanca de Las Peñas complementan la experiencia.
“Nuestros dulces, como alfajores y rompope, son famosos más allá de las fronteras”, destaca Pierina Vera, comerciante de Rocafuerte.
La tonga, plato estrella, se encuentra en casi todos los rincones del cantón. El Templo Nuestra Señora del Carmen y la Plaza Central aportan un toque cultural a la visita.
Los visitantes pueden disfrutar de más de 300 variedades de dulces.
Manabí demuestra que su riqueza trasciende el mar. Los ríos y cascadas de Bolívar, Chone, Santa Ana y Rocafuerte ofrecen aventuras al aire libre, mientras la gastronomía manabita, con platos como el viche, la tonga y el caldo de gallina, son parte de la identidad de la provincia.
“Nuestra comida es un reflejo de lo que somos, con ingredientes frescos y tradición”, subraya Vera.
Para el feriado del 10 de agosto, Manabí tiene todo listo: hospedajes, guías locales y una oferta gastronómica que satisface cualquier paladar. (I)