Desfogar el tránsito en un sector de la autopista General Rumiñahui será una de las obras que se ejecutará en los próximos meses a cargo de la Prefectura de Pichincha, que es la entidad que la administra.
Esa vía une la capital con el valle de los Chillos y viceversa. En Quito inicia a pocos metros de El Trébol, recorre un peaje, diez puentes, a los costados hay zonas urbanas. Tiene una extensión de 11,7 kilómetros.
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Permite además conectar -aunque no de forma directa- con la Panamericana sur y con la carretera Alóag-Santo Domingo de los Tsáchilas.
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En las denominadas horas pico, tanto en la mañana como en la tarde, se genera congestión desde la salida a la avenida Simón Bolívar, El Trébol, la avenida Oriental y el sector de las universidades Salesiana, Politécnica Nacional y Católica.
En 2024, en esa autopista circularon 89.647 vehículos por día que dejaron un ingreso de alrededor de $ 13 millones. Para 2025 se movilizarían 96.076 automotores y se estima que en 2028 suban a 106.176.
Álex Rivera, director de vialidad de la Prefectura de Pichincha, mencionó que están ejecutando los estudios para construir un paso inferior bajo la autopista entre el tramo de los puentes 2 y 3.
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Sostuvo que es una solución vial para mejorar la salida de los moradores de los barrios altos de La Armenia, pues actualmente hay un intercambiador, pero se plantea una salida adicional.
Agregó que hay una consultoría contratada y hasta diciembre de este año se tiene previsto terminar con las revisiones de las ingenierías en los ámbitos estructurales, viales, de tránsito, pues es un estudio definitivo.
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Se plantea que cuando se vaya desde Quito al valle de los Chillos se pueda llegar a La Armenia con un ingreso de manera directa. Conteos de tráfico establecen que desde ese sector salen más de 7.000 vehículos al día.
Con el estudio definitivo se establecerá el financiamiento para la ejecución de la obra lo que podría ser a través de que una firma especializada que la ejecute.
En tanto que, desde febrero pasado, empezó a funcionar un paso elevado sobre la autopista Rumiñahui, en el sector del puente 8.
El objetivo fue mejorar la movilidad de los moradores de la parroquia de Conocoto.
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Rivera, al hacer un balance de cómo ha funcionado el paso vehicular elevado 9 meses después, indicó que no tiene ningún problema desde el punto de vista estructural dado que después del ingreso de operación se hace un seguimiento técnico.
Además no se han producido siniestros viales, por lo que consideran que está bien señalizado y ha disminuido el tráfico en la zona.
No obstante, se han hecho recomendaciones de los tiempos de un semáforo que hay en el lugar, inquietud operativa que ha sido trasladada a la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) para que haga una revisión, pues es competencia de esa entidad del Municipio de Quito.
Un proyecto más ambicioso, que también impulsaba el Gobierno Provincial de Pichincha, era la solución vial Bicentenario que buscaba unir la autopista General Rumiñahui con el norte de Quito, para reducir la congestión vehicular y tiempo de viaje.
La llevaba la Prefectura de Pichincha a través de Hidroequinoccio EP, empresa pública que forma parte de esa entidad local.
El proyecto incluía la construcción de un viaducto de cuatro carriles (dos de ida y dos de regreso) sobre el río Machángara, de 680 metros, que iba a conectar con dos túneles de dos carriles a través del cerro Itchimbía.
Se estimaba que el 40 % del tráfico promedio de la autopista iba a usar la alternativa vial Bicentenario.
Sin embargo, se informó que el proceso de concurso público para la selección de un aliado estratégico no continuaba con las siguientes etapas debido a que el oferente que superó la etapa de elegibilidad no presentó la garantía de seriedad de la oferta.
De hecho, el proceso ya fue declarado desierto, de acuerdo con una resolución de la gerencia de Hidroequinoccio. Ese proyecto, no obstante, podría ser relanzado.
En 2026 se hará una evaluación del pavimento de la autopista Rumiñahui con el objetivo de hacer un recapeo de toda la vía, es decir aplicar una nueva capa de asfalto, no porque haya daños estructurales, puntualizó Rivera, sino porque se busca que esté en óptimas condiciones. (I)























