Muchos pobladores de Carchi y Sucumbíos dependen del intercambio de productos entre Ecuador y Colombia para mantener a sus familias. El cierre del principal paso fronterizo, el puente de Rumichaca, termina este 15 de diciembre con el inicio de una apertura gradual que genera expectativas en la zona limítrofe. Los sectores económicos que se han beneficiado durante los 20 meses de inactividad en el viaducto, con el fin de evitar contagios del COVID-19, temen perder sus ingresos, mientras otros quieren recuperar lo que han perdido.
El proceso de reapertura del puente Rumichaca, cerrado desde el 17 de marzo de 2020, se inicia hoy con la autorización para que los tripulantes de los tractocamiones de ambos países ingresen hasta 11 km de la frontera común a descargar las mercancías de exportación e importación; con ello termina el incómodo intercambio de conductores en el centro del viaducto binacional, que provocó quejas por varios siniestros de tránsito.
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Por ahora, los camiones no tienen permitido llegar hasta los centros poblados de Tulcán e Ipiales, y con esa medida el transporte liviano espera recuperarse del impacto económico que han sufrido.
Taxistas y dueños de furgonetas que ofertan el servicio Tulcán-Rumichaca y viceversa aseguran que llevan 20 meses sin trabajar y ven como positiva la reapertura, que debía darse el 1 de diciembre, pero fue pospuesta para este día 15 como tiempo prudencial ante la aparición de la variante ómicron del coronavirus.
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En cambio, los sectores de restaurantes, hoteles y comercio están preocupados por la reapertura del puente, porque consideran que el diferencial cambiario del dólar frente al peso colombiano vuelve atractivos los consumos en las ciudades fronterizas de Ipiales y Pasto, en Colombia, ubicadas a 10 y 70 minutos del puente Rumichaca, respectivamente.
Los dueños de locales comerciales han podido reabrir sus negocios por el aumento del consumo de productos nacionales por parte de los habitantes de esta zona. Ellos también están preocupados. Alexander Chamorro, presidente de la Cámara de Comercio de Tulcán, dice que se deben aplicar medidas compensatorias para lograr una reapertura del puente que favorezca el desarrollo de esta zona: “La eliminación o la disminución del IVA”, expone.
Un catastro de rentas municipal determina que en los últimos meses se activaron 400 patentes que corresponden a igual número de emprendimientos, especialmente en servicios gastronómicos que ofertan una gran diversidad de comida nacional e internacional.
Genari Pozo, presidente del Colectivo Reactivación 04, que viene impulsando una reapertura paulatina y ordenada, temía que con la reapertura del puente se repitan las avalanchas de carros (vistas antes de la pandemia) que van desde varias ciudades ecuatorianas en diciembre en tour de compras hacia Ipiales y Pasto. Pero según el plan de reapertura del puente, eso no podrá ocurrir en este mes.
El ministro de Transporte, Marcelo Cabrera, explicó a la cadena colombiana NTN 24 que el ingreso de camiones de carga hasta 11 km de cada lado de la frontera es apenas la primera de cuatro fases para una reapertura gradual del puente. Y en esta fase inicial no se permitirá el ingreso de vehículos particulares.
Solo después de un mes, según el plan, se evaluará si se avanza a la segunda fase, que comprende el paso peatonal de personas, quienes deberán presentar el carné de vacunación con las dos dosis contra el COVID–19.
Recién en una tercera fase se permitirá el acceso de taxis y camionetas de transporte transfronterizo, en días específicos según el número de placas. Y solo en la cuarta y última fase se autorizaría el paso a los vehículos livianos privados y a todo tipo de automotores. Eso, probablemente, recién ocurriría entre marzo y abril de 2022 si las condiciones sanitarias lo permiten.
Todo eso es parte de los protocolos de bioseguridad para el tránsito por el puente Rumichaca acordado entre los mandatarios de ambos países. Y cada mes, antes de la aplicación de cada fase, los dos Gobiernos harán una evaluación que permita una apertura segura y responsable de vehículos y personas, confirmó el alcalde de Ipiales, Luis Fernando Villota.
Según un estudio colombiano, se han registrado pérdidas por aproximadamente 20.000 millones de dólares durante el cierre del viaducto internacional por el que normalmente circulaban 35.000 personas cada mes antes de la pandemia.
Preocupación en Sucumbíos
Otro viaducto que conecta a Ecuador con Colombia es el Puente San Miguel, que abrirá el paso peatonal un mes después de la reapertura del de Rumichaca, según el protocolo transfronterizo.
Canoeros de Nueva Loja que trabajan en el río San Miguel, en la parroquia General Farfán, se encuentran preocupados al saber que pronto bajarán sus ingresos y otros perderán sus trabajos con la apertura del viaducto que conecta a Sucumbíos con el departamento de Putumayo en Colombia.
Son los integrantes de la asociación de transporte fluvial Fieras del Agua, que se dedican al trasporte de carga y pasajeros por el afluente que divide a las dos naciones.
Para ellos, el cierre del puente les trajo beneficios. Diariamente los 23 canoeros realizan entre cinco y seis viajes, transportando seis pasajeros a un valor de 3 dólares (o 10.000 pesos colombianos) por cada persona.
“Nos sentimos un poco tristes, porque nos perjudica a nosotros. La pandemia, si bien afectó a muchos, pero nos ha ayudado a nosotros para tener un ingreso económico. Si se abre el puente, este paso fluvial ya no funcionaría, ¿dónde iremos a parar nosotros?”, lamentó Fredy Machoa, motorista de una canoa del muelle fronterizo de General Farfán.
Son 23 familias las que dependen de este trabajo. Con la reapertura del puente tendrán que despedir a los motoristas y demás personas que trabajan en la transportación fluvial.
Los estibadores también saben que sufrirán el efecto de la baja demanda de carga y pasajeros que se movilizan por el río, una vez que se reabra el Puente San Miguel
“Para nosotros es un golpe muy duro, usted sabe que del trabajo fluvial son muchas familias que dependemos de eso y ahora nos quedamos sin trabajo”, señaló Jean Carlos Andrade, presidente del gremio de motoristas de General Farfán.
Mientras tanto, los trasportistas de las cooperativas de camionetas San Miguel y General Farfán que cubren la ruta Nueva Loja Puente San Miguel esperan con ansias la apertura del paso fronterizo para empezar a reactivarse. Durante este tiempo no han podido llegar hasta el puente y la afluencia de pasajeros ha bajado drásticamente porque usan pasos ilegales.
“Ya con el puente abierto la gente dejará de irse por los pasos ilegales y tendremos pasajeros para movilizar”, dijo Carlos Zamora, transportista de la cooperativa Putumayo.
Frontera con Perú seguirá cerrada
En el sur del país la frontera con Perú no se abrirá por ahora, aunque se avanza en ello, según la Cancillería. Los comerciantes de Huaquillas, provincia de El Oro, creen que la reapertura del puente internacional sería un alivio a su golpeada economía, aunque existe el temor de que se desate un incremento de contagios del COVID-19, porque del lado peruano no existe el mismo nivel de vacunación que en Ecuador.
“Las autoridades de Ecuador han manifestado que en el lado peruano los habitantes de varias ciudades no han logrado vacunarse y eso impide que se considere la reapertura del puente. En el lado ecuatoriano (Huaquillas) estamos vacunados algo más del 80 % de la población”, señaló Freddy Balcazar, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Huaquillas.
El dirigente señala que una gran cantidad de negocios tuvo que cerrar en Huaquillas y la afectación alcanzó al 75 % de comerciantes. “No logramos pagar los arriendos y los compañeros trasladaron sus ventas hasta sus hogares, obviamente que las ventas bajaron y estamos endeudados”, explicó sobre las pérdidas provocadas por las restricciones de la pandemia.
Los dirigentes del comercio de Huaquillas aseguran que se incrementó el contrabando y la presencia de delincuentes, quienes aún cobran cupos para pasar de un territorio a otro, a través de los pasos clandestinos.
En el lado peruano, la afectación ha sido mayor. “Más del 90 % de los comerciantes fueron perjudicados, las ventas disminuyeron considerablemente”, explicó el presidente de la Cámara de Comercio de Aguas Verdes, Gerardo Risco Morales. (I)