Si bien el funcionamiento del Metro de Quito no presentó mayores inconvenientes este viernes, 1 de diciembre, cuando volvió a operar hubo algunas inquietudes de los usuarios.
La operación comercial, es decir con pago, arrancó el martes 2 de mayo, cuando Santiago Guarderas era alcalde capitalino, pero se presentaron inconvenientes como largas filas y aglomeraciones.
La operación con pago por parte del pasajero fue postergada por cuatro ocasiones. Primero fue el 5 de marzo; luego, que a finales de ese mes; después, que el 15 de abril; pero se postergó para el 17 de abril. El pasado 28 de abril se anunció que el cobro iba desde la primera semana de mayo.
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Finalmente, ante la serie de problemas se suspendió.
Ya en la gestión del alcalde Pabel Muñoz se hicieron varios cambios por lo que el servicio con pasajeros y pago arrancó este viernes, lo que generó que, en las dos primeras horas de operación, alrededor de 5.000 usuarios utilizaran el subterráneo en las quince estaciones.
Uno de ellos fue Manuel Angamarca, de 48 años, cuyo destino fue la estación El Ejido, en el centro norte de la urbe, desde Quitumbe, en el sur.
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A las 06:53 tomó un vagón al sur y llegó a las 07:19 al centro norte. Su viaje fue de alrededor de 20 minutos.
Él vive en Guamaní, en el extremo sur, por lo que para ir a Quitumbe tomó un bus integrado que forma parte del servicio municipal de transporte. Salió de su casa aproximadamente a las 06:30.
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En su trayecto normalmente hace entre una hora y una hora diez minutos, y este viernes hizo menos tiempo.
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“Lo que gano en el Metro, en el (bus) integrado pierdo. Gano tiempo para ir al trabajo”, dijo.
Pidió que el flujo de llegada de los integrados sea más rápido, cada 5 minutos y no como actualmente es de 30.
No tuvo inconvenientes para ingresar, pues tenía la tarjeta Ciudad, que es una de las cuatro formas de pago. Las otras son con la cédula, pagando en la taquilla los $ 0,45 o con el teléfono móvil.
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Rosita Hidalgo fue una de las quince personas que cortaron una cita para simbólicamente dar inicio a las operaciones.
Si bien participó de ese evento, organizado por el Municipio, ella vive en Tumbaco y no utilizaría habitualmente el servicio. Este día hizo algunos recorridos y destacó la rapidez de movilización.
Darío Reina usó el Metro desde El Labrador, en el norte. Se tardó 10 minutos en llegar a El Ejido. Usualmente en el Trole se demora 20 minutos. Resaltó que el vagón que usó estaba limpio, pero, a su criterio, faltó un poco de organización para la obtención de la tarjeta Ciudad.
Pidió mayor información para poder validar la cédula de identidad y así recargar saldo.
Reina sugirió que la ruta del Metro se extienda hacia Calderón, en el extremo norte, que es el sector donde vive, o hasta La Ofelia.
Vladimir Pozo, de 50 años, empleado público, salió de Guamaní, tomó el Metro en Quitumbe, y en su trayecto hizo 20 minutos cuando antes se tardaba más de una hora.
Sugirió ampliar el servicio más al norte y al sur. Destacó al personal que guía para que el usuario no tenga inconvenientes.
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Elizabeth Valencia hacía fila para recargar su tarjeta Ciudad con $ 5 en una de las taquillas. Ya había utilizado el transporte subterráneo. A San Francisco dijo que se ha demorado diez minutos.
Santiago Garcés, gerente de Negocios del Metro de Quito, indicó que unas 1.400 personas partieron desde Quitumbe.
Hay cuestiones que perfeccionar para que el flujo de las personas sea más eficiente, agregó. (I)
