En el último estudio de defunciones realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) constan una muerte confirmada por COVID-19 y dos probables, que ocurrieron en enero y febrero del año pasado, cuando según el Ministerio de Salud Pública (MSP) esa enfermedad todavía no segaba ninguna vida.

De acuerdo con la versión oficial del MSP, el primer caso confirmado de COVID-19 del país presentó síntomas el 15 de febrero del año pasado. Era una señora ecuatoriana proveniente de España que fue internada en Guayaquil y que falleció pocas semanas después, el 13 de marzo.

Esta muerte se mantiene hasta ahora, en los reportes del MSP, como la primera confirmada por COVID-19. Sin embargo, esos registros oficiales también muestran otros 51 fallecimientos probables por esa enfermedad que ocurrieron con anterioridad, entre el 1 y el 12 de marzo de 2020. Antes de eso, el Ministerio no reporta ningún deceso relacionado con el coronavirus.

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En cambio, en una primera publicación de su estudio, el INEC reportó seis muertes por COVID-19 en enero y febrero de 2020; dos eran confirmadas y cuatro, probables. Esa institución explicó que, luego de una revisión, detectaron errores de tipeo en las fechas de tres casos, que en realidad correspondían a meses posteriores, pero corroboraron las fechas de los otros tres decesos. El INEC indicó que hará una nueva publicación con los datos correctos.

Las defunciones por COVID-19 cuyas fechas fueron corroboradas sucedieron en hospitales públicos, tanto del Ministerio de Salud como del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). El primero fue un hombre de 75 años que residía en una zona rural de Los Ríos y murió en la ciudad de Santo Domingo, el 2 de enero de 2020. En el INEC consta como muerte probable por COVID-19.

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El segundo deceso, en cambio, está registrado como confirmado por esa enfermedad. Sucedió el 8 de enero de 2020. Era un hombre de 39 años domiciliado en una zona rural de Tungurahua y que murió en Ambato.

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El tercero, inscrito como probable, era un hombre de 65 años residente de Loja y que falleció en la capital de esa provincia el 22 de febrero de 2020.

En la base de datos del INEC también consta una muerte confirmada por COVID-19 el 4 de marzo de 2020, once días antes de la primera defunción verificada por el MSP. Era un hombre de 66 años domiciliado en Guayas, que murió en una casa ubicada en el cantón Pedro Carbo. Además, el INEC corroboró la fecha de este deceso.

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La directora de Estadísticas Sociodemográficas del INEC, Soledad Carrera, afirmó que estas muertes son parte de un grupo de más de 1.200 casos que aún están siendo investigados, pues existen dudas sobre las fuentes de donde se obtuvieron los datos. Este análisis se realizará en territorio, junto con el MSP, puntualizó.

Carrera explicó que el INEC tomó los diagnósticos de los médicos para ingresar las causas de muerte en su base de datos. “En estos casos (los de COVID-19 registrados en enero y febrero de 2020), el médico los declara como coronavirus (...). Nosotros no podemos cambiar estos diagnósticos que fueron certificados por los médicos en su debido momento hasta que no se realice esta investigación en territorio y el Ministerio de Salud nos confirme”, aseguró. De esta manera, aún existe la posibilidad de que los médicos se hayan equivocado.

EL UNIVERSO solicitó una entrevista al MSP para tratar este tema, pero no fue atendida.

China informó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la existencia del nuevo virus el 31 de diciembre de 2020. Dos semanas después, el 12 de enero de 2020, el Gobierno de ese país reportó oficialmente los primeros 41 casos confirmados y entregó a la OMS la secuenciación genómica del coronavirus.

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La epidemióloga Andrea Gómez Ayora apunta que hay evidencia de que el virus estuvo recorriendo el mundo antes de que China lo oficializara; por ejemplo, por las pruebas realizadas a las aguas servidas en varias ciudades. “El virus empieza a circular de manera real en el mundo a finales de noviembre”, sostiene.

Para la especialista, es probable que en Ecuador el coronavirus se haya propagado desde finales de enero de 2020, pues eso explicaría la gran explosión de muertes que hubo en abril de ese año. Por eso le extraña el registro de una muerte probable por COVID-19 el 2 de enero y otra confirmada el 8 de ese mismo mes. “Es muy temprano”, comentó.

Sin embargo, agregó Gómez, sí es probable que esa información sea verídica. “Hay que ver si esta persona vino del extranjero o si tuvo contacto con alguien del extranjero”.

También hay que analizar cómo fueron diagnosticados esos fallecidos, sobre todo los que aparecen como confirmados por COVID-19 en los registros del INEC, pues en esa época aún no había pruebas para eso. Una posibilidad, señaló la epidemióloga, es que los médicos hayan guardado las muestras.