Un gran bulto de más de 20 centímetros de diámetro en el muslo de la pierna izquierda llevó a Teresa Nazareno, de 49 años, empleada doméstica y madre soltera de una niña de 9 años, a estar internada, desde el pasado 4 de julio, en el hospital de Calderón, en el norte de Quito. Pertenece al Ministerio de Salud Pública (MSP).

Aparentemente tendría un tumor. Empezó con dolores intensos hace cinco meses. No puede caminar, dejó de trabajar y ha padecido fiebre.

Sus familiares han acordado colaborar para los gastos de medicamentos, según Bélgica Calderón, su cuñada.

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“En el hospital bien o mal, claro, ya nos atendieron, la internaron, pero lastimosamente no hay medicinas o las medicinas que específicamente necesita (...), me llamaron para que vaya a ponerle pañitos de agua tibia para que le pueda calmar la fiebre, porque no tenían, no tenían medicación”, dijo.

Agregó que les dan la receta y van a la farmacia a comprar fármacos, entre ellos, por ejemplo, inyecciones para el dolor cuando en la unidad de salud no hay. Ella estima que han gastado unos $ 240.

Ese gasto se denomina de bolsillo, es decir, cuando el ciudadano financia una parte importante del gasto en salud con desembolsos directos.

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Como este caso hay cientos en el país, de pacientes de hospitales públicos y del IESS que deben peregrinar cada mes por la falta de medicinas. Los pacientes del sistema público llevan meses quejándose por la falta de medicinas.

Uno de los argumentos del MSP para que se declare la emergencia sanitaria es el impacto que causa el desabastecimiento de medicamentos. El IESS, finalmente, el viernes declaró sus hospitales y Seguro Campesino en emergencia para tratar de agilizar el abastecimiento.

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Esto es lo que se sabe de la emergencia para el sector de la salud establecida por el Gobierno; Ministerio lleva horas sin un titular

Según un documento de esa cartera de Estado, en cuanto a lo económico, la afectación directa se da sobre la economía del paciente y su familia, que es quien debe asumir, como gasto de bolsillo, los gastos por concepto de medicamentos que son recetados para tratar una patología, aspecto generado por un nivel no óptimo de abastecimiento en los establecimientos hospitalarios del MSP.

“Frente a un nivel de abastecimiento de un 69 % y 71 % en medicamentos y dispositivos médicos, respectivamente, es previsible que se genere una reducción de la oferta de servicios de salud y como un resultado un gasto de bolsillo que podría ascender a $ 132,12 millones hasta finalizar el año”, menciona el documento del 22 de junio pasado.

Esto es porque las compras mediante gasto de bolsillo se dan al menudeo y sin la aplicación de economías de escala, y que los precios de venta al público de medicamentos e insumos no incluyen el descuento habitual del 30 % otorgado a las compras de las instituciones de la Red Pública Integral de Salud que la conforman el Ministerio de Salud, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), el Instituto de Seguridad Social de Fuerzas Armadas (Issfa) y el Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional (Isspol).

El presidente Guillermo Lasso dispuso al MSP, el pasado 17 de junio, que declare la emergencia mediante resolución motivada en el sector salud. El acuerdo ministerial que lo operativiza está vigente desde el 22 de junio. Cada institución está obligada a declarar su emergencia, indicó en un comunicado el ministerio, por lo que cada entidad va a ritmos diferentes, mientras los pacientes siguen esperando.

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Esa cartera de Estado ya declaró su emergencia interna. Lo hizo al igual que el Isspol.

Dudas sobre eficacia de emergencia en el sector de la salud; ante falta de medicinas, ciudadanos siguen comprando afuera de hospitales

Las familias ecuatorianas se ven en la necesidad de ir a farmacias privadas para adquirir medicamentos que escasean en hospitales estatales.

El coronel Renato González, director del Isspol, indicó que el jueves 7 de julio se emitió el acuerdo por parte del Ministerio del Interior con la declaratoria de emergencia en la dirección de salud, en los hospitales de Quito y de Guayaquil, para el aprovisionamiento ágil de medicamentos e insumos en los próximos 60 días.

“Cuando existe la compra a las tradicionales empresas, los procesos fluyen, pero cuando usted quiere innovar, buscar precios más convenientes, se le presentan desde obstáculos normativos hasta esta especie de sabotaje de los procesos contractuales”, opinó González en radio América.

El oficial mencionó que hay una dotación del 58 % y un déficit del 42 % de desabastecimiento en los hospitales del Isspol.

El IESS y el Issfa también lo hicieron el jueves, 14 de julio.

El martes 12 de julio, el MSP hizo la convocatoria para la presentación de ofertas que permitirán la adquisición de 443 fármacos del cuadro básico de medicamentos dentro de la emergencia sanitaria.

El ministro de Salud, José Ruales, indicó que deben ser entregados hasta el 5 de agosto, en una entrevista con radio Armónica.

La emergencia en salud durará 60 días para adquirir 700 fármacos con abastecimiento de 6 meses; hay dudas y expectativas en pacientes con enfermedades graves y en gremios de médicos

Pero si en algunos hospitales de la red pública de salud no hay fármacos para bajar la fiebre, ¿qué pasa con aquellos para enfermedades más graves?

Jorge Cevallos, presidente de la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca) núcleo de Quito, expresó que hay ciertos medicamentos nuevos que son muy caros. Un tratamiento bordea los $ 4.000 a $ 5.000 al mes. Están siendo adquiridos por Solca para que luego haya un reembolso por el IESS, acordado a través de un convenio, pero no ha cumplido con el reembolso inmediato. Por ese concepto hay una deuda de aproximadamente un millón y medio de dólares.

Para Bélgica, la situación de su allegada es desesperante, pues si bien hacen un esfuerzo familiar para adquirir los fármacos hay una deuda ciudadana como hospital público y como Estado dado que no hay medicinas.

“Hay familias, otros pacientes que tal vez no tienen esa agilidad para reunir $ 200 o $100 a la semana...”, indicó. (I)