La primera jornada de vacunación para personas con discapacidad que se inició este martes estuvo marcada por el desorden.

Desde las 15:00, en la sede de la Universidad Politécnica Salesiana hubo una larga fila de ciudadanos que soportaron el intenso sol, la lluvia e incluso episodios de indignación por las condiciones durante la espera en la fila.

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La gente llegó masivamente por el llamado que se hizo del Ministerio de Salud Pública (MSP), indicando que la inoculación para personas con una discapacidad física o mental superior al 50% será sin necesidad de turnos, solo presentando el carné que avale su estado. Si bien las jornadas de vacunación de las fases 0 y 1 en Azuay se realizaron sin mayores contratiempos, la tarde de este martes sí se registraron problemas.

Katherine Idrovo llegó con su hermano Ney para inmunizarlo contra el coronavirus, pero se llevó una desagradable sorpresa: tuvo que empujar la silla de ruedas de un lado a otro hasta ingresar a una larga fila de gente que superaba los 200 metros y cubría la fachada principal de la universidad.

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Ney tiene el 85% de discapacidad por una parálisis cerebral, pero a pesar de su estado vulnerable soportó un mal momento no solo por la desorganización, sino también por la lluvia que empezó a caer cerca de las 16:00. El mal clima, a decir de su hermana, es un riesgo para su integridad porque le puede generar convulsiones.

En esa misma situación estuvo Fabiola Rivadeneira, quien llegó a las 14:00 desde un barrio cercano junto con su hijo Juan Carlos Maldonado para vacunarlo atendiendo el llamado del MSP. Él tiene 32 años de edad y un grado de discapacidad del 78%, pero cuando se acercó a preguntar le dijeron que solo había 50 turnos disponibles. Ella no estaba molesta, pero sí un poco triste, por lo que volverá el miércoles un poco más temprano.

Este lugar es uno de los vacunatorios designados en Cuenca al que también llegan adultos mayores con un turno previo obtenido en la página web del Plan Vacunarse.

Ellos se juntaron en la tarde a las personas con discapacidad y el panorama se complicó más porque empezaron los reclamos de gente que supuestamente se metía a la fila aprovechando que los guardias privados y la Policía Nacional no podían tomar el control de la situación.

En medio del desorden salió una funcionaria del MSP, a quien este Diario solicitó una entrevista para que explique por qué se generó el problema, pero se negó. (I)