Setenta ecuatorianos, de varias provincias, resultaron ganadores de igual número de vehículos que la empresa ecuatoriana sorteó entre sus clientes, quienes con mucha emoción recibieron las llaves de su premio. Aquí le contamos tres historias:
Cruz Salazar Vaque: “Es el primer carro de la familia”
Estaba en su trabajo (una fábrica de fideos) cuando la llamaron para darle la gran noticia. “Fue muy emocionante, pero no lo creía hasta que vi el video del sorteo en la noche, en mi casa, junto con mi esposo. ¡Es una gran bendición!”, recuerda Cruz Salazar Vaque, de 55 años.
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La guayaquileña depositó solo dos cupones en el Supermaxi del Parque California, que queda cerca de su domicilio, y se ganó un vehículo 0 kilómetros. “Fue un domingo, como a las siete de la noche y estaban por cerrar, por eso mi esposo me decía que se hacía tarde para llegar a casa y al día siguiente teníamos que trabajar. El cajero me prestó su esfero, me deseó suerte y yo le dije que me iba a ganar el carro. Lo decreté”, agrega.
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Cuenta que tenían planes de comprar uno, pero no pudieron concretarlo. “Es el primer carro de la familia, siempre soñé tener uno. Quiero ir a la playa y muchos otros lugares con mi familia”, manifiesta Cruz, quien por el momento le dará las llaves del automotor a su esposo, hasta que ella aprenda a conducir. La meta próxima es ingresar a un curso para luego obtener la licencia y así poder disfrutar su premio.
Gregorio Santana García: “Es la primera vez que gano algo”
Se enteró de que era uno de los ganadores de un vehículo 0 kilómetros por las llamadas telefónicas de sus familiares y amigos, quienes habían visto su nombre en el sorteo que fue transmitido por televisión nacional.
“Estábamos en el comedor con mi familia, a la hora de la merienda, y empezaron las llamadas. Luego vimos en las redes sociales de Supermaxi y celebramos con gritos de emoción”, recuerda Gregorio Santana García, médico gastroenterólogo de la Clínica San Francisco de Portoviejo.
El manabita viajó en bus hasta Guayaquil para retirar su flamante premio, el primero que obtiene en sus 48 años de vida. “Ni siquiera el chupete de la escuela me ganaba, es la primera vez que me gano algo. Yo no creía hasta que los ejecutivos de Corporación Favorita me llamaron. A veces somos incrédulos con este tipo de cosas, pensando que todo se queda en Guayaquil y Quito, pero veo que hay ganadores de varios lugares del país”.
Cliente de Megamaxi desde que abrió sus puertas en Portoviejo, confiesa que aún se quedó con varios cupones sin depositar.
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Andrea Erazo Cadena: “Es una sensación indescriptible”
Le repitieron dos veces la noticia: “Usted es la ganadora de un flamante auto cero kilómetros”, pero ella, al otro lado de la línea, seguía sin creer que fuera verdad. Apenas cerró la llamada le contó a su esposo y juntos buscaron de inmediato la información en las redes sociales de Corporación Favorita.
“Escuché (en un video) pronunciar mi nombre, pero me aseguré más cuando enseñan el boleto a la pantalla y veo que era de mi puño y letra. Fue así como me enteré”, cuenta Andrea Erazo Cadena, de 42 años, una ingeniera en Administración de Empresas, oriunda de Tulcán, pero radicada en Quito desde hace 20 años.
Casi no deposita sus boletos porque tenía que llenarlos a mano, pero, dice, “algo” la hizo regresar y cumplir con aquello. Cree que ganó con el tercer boleto, pues hizo una compra el último domingo de agosto, y el martes siguiente la llamaron a contarle la noticia.
“Es una sensación indescriptible porque creo que nadie espera que en algún momento le llegue una llamada de este tipo y sea verdad... Tenía esa duda hasta que pude tener en mis manos las llaves del auto y la documentación donde decía que era mío”, comenta Erazo.
Ella y su familia querían comprarse un carro nuevo antes de la llegada del COVID-19, pero la pandemia limitó sus planes porque la situación económica se volvió más difícil. No obstante, sostiene, Dios hizo realidad su sueño, el de su esposo y el de sus hijos.
“Un auto es sumamente necesario en la actualidad”, agrega la ganadora, quien está tomando clases de conducción mientras su esposo conduce el vehículo. (I)