En cajas de banano que se alistaban para el envío por vía marítima desde Guayaquil hacia Europa se dio uno de los recientes golpes más fuertes al narcotráfico. En los cartones se encontraron 7 toneladas de cocaína, cifra calificada como la mayor incautación en puertos marítimos del país en este año.

El pasado domingo 13 de febrero, agentes de la Unidad Nacional de Investigación de Puertos y Aeropuertos, Unidad Canina y el Apoyo del Grupo Especial Móvil Antidrogas (Gema), con el apoyo del can Jessi, recibieron la alerta de la posible presencia del alcaloide y luego de la debida inspección encontraron 7.028 bloques de la sustancia blanquecina correspondiente a cocaína, cuyo valor en el mercado local puede cotizarse en $ 14,6 millones y en el continente europeo hasta en $ 12.435 millones.

Y entre el miércoles y jueves en un embarque de teca se descubrieron 1,5 toneladas de cocaína y 3 toneladas más en botellas de guayusa.

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Holguer Cortez, subcomandante de la Zona 8 de la Policía, mencionó esta semana que las bodegas antinarcóticos estaban saturadas de sustancias ilícitas y pidió agilidad al sistema judicial y entes competentes para continuar los procesos administrativos de destrucción del material.

Tras el decomiso de la droga, un juez debe determinar la destrucción de la droga en quince días, agregó el jefe policial, tomando en cuenta la legislación ecuatoriana.

“Tenemos que destinar gran cantidad de funcionarios para seguridad de gran cantidad de droga”, dijo, y agregó que “en lo que va del año no ha habido una sola destrucción”. Este proceso se realiza en Quito.

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Para las autoridades policiales, el tráfico de droga está vinculado con la mayoría de muertes violentas suscitadas en la Zona 8, que comprende los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón.

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Víctor Zárate, comandante de la Zona 8 de la Policía Nacional, mencionó que hasta lo que va del año en la Zona 8 se contabilizan 162 muertes violentas, de esa cifra, el 92 % (147) corresponde a violencia criminal ligada al micro y narcotráfico.

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“En un balance de los históricos, en el 2020 hubo un decomiso de 4 toneladas, se registraron 28 muertes violentas, en el 2021 con el decomiso de 6 toneladas, 54 muertes violentas; y en lo que va del 2022, tenemos 9 toneladas y el registro de 162 muertes violentas. Lo que nos da a pensar, dentro del análisis que nosotros hemos realizado, que todo se da por una pugna de oferta en los mercados locales e internacionales, temas directamente ligados al narcotráfico”, dijo este miércoles 16 en una entrevista.

Guayaquil es una de las ciudades donde más se decomisa droga. API Foto: El Universo

Tan solo en el 2020 hubo el decomiso de 210 toneladas, cifra récord en las incautaciones, y este año ya van 30 toneladas a nivel del país.

Frente a esta problemática que ha ido recrudeciendo en las calles y centros penitenciarios, el miércoles 16, el presidente Guillermo Lasso, en un enlace radial, aseguró que el narcotráfico y micronarcotráfico es “una realidad presente” en el Ecuador y particularmente en la ciudad de Guayaquil, y aquello produce peleas y luchas en distintos espacios, como el caso de dos cuerpos colgados en un puente peatonal de Durán.

Además, el primer mandatario indicó que se trabaja en el control de puertos y centros penitenciarios de Guayaquil y habló de cooperación internacional para enfrentar las bandas narco con apoyo de Estados Unidos, Colombia, Israel y Reino Unido, en áreas de inteligencia, experiencia, tecnología y recursos.

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“Tenemos que enfrentarlos. No podemos ceder espacio, el Estado no puede ceder espacio para estas bandas. Tenemos que hacerlo”, dijo el presidente.

Además de los decomisos de droga, John Garaycoa, experto en Criminología y Psicofisiología Forense, consideró varias acciones que debe emprender el Estado ecuatoriano en diversos campos.

Entre esas medidas, él consideró que se deben intensificar los operativos e intervenciones grandes en calles, carreteras estatales y zonas de la ciudad, sobre todo en las denominadas zonas calientes como Playita del Guasmo (Guayaquil) y cerro Las Cabras (Durán), para desarmar a los delincuentes, y en paralelo que se promueva la colaboración de los guardias privados en la seguridad de negocios y espacios adyacentes, bajo coordinación con la Policía.

“Una vez que les quitas el cañón al delincuente, él obviamente no va a actuar, pero si lamentablemente si ni siquiera las cárceles, que es un reducto establecido, marcado e identificado, no lo hacen, ¿que podemos esperar de un allanamiento a un sector como tal? ahí está el grave problema”, comentó.

John Garaycoa, experto en Criminología

“Tienen que hacer un gran operativo, primero el trabajo de inteligencia, luego montar la vigilancia y el operativo sorpresa, que muchas veces no es sorpresa porque lamentablemente se involucran miles de personas y la información puede fugarse”, comentó.

Garaycoa también enfatizó como primordial la distribución de los presos dependiendo de su peligrosidad en los reclusorios, reformas legales para que se avale el accionar policial y que los actos delictivos captados en videos tengan el suficiente soporte en casos judicializados, también que las autoridades levanten información de la operatividad de las cámaras de seguridad para mantener la vigilancia y, a su vez, dar mantenimiento e implementar las mejoras tecnológicas a dichos equipos.

“Si la biodata por video y voz no se analiza para sacar estrategias de prevención y reacción de nada sirve la tecnología en seguridad. La tecnología no funciona si no existe una entidad que analice realmente cada una de las cosas, divorciadas de un tema político, enfocadas netamente en el resultado. No funciona si no se transforma al pueblo en una cultura de meritocracia y que en sus acciones puedan denunciar también el tema de corrupción, cuántas veces hemos escuchado la seguridad es de todos, pero aún en el tema de seguridad también hay que involucrar el pueblo para que tengan confianza en el sistema de biocámaras”, dijo.

A largo plazo, añadió, se deberían buscar mecanismos de autosustentabilidad para la seguridad como, por ejemplo, con la creación de tasa, enmarcada en un permiso integral de seguridad, como se lo aplica con el Cuerpo de Bomberos.

“Donde una vez cumplidas las recomendaciones técnicas de mis instalaciones, sea pequeña, mediana o grande, un cíber o centro comercial, y pasar un formato de cumplimiento integral, donde dentro de ese formato tengo la obligación de ayudar a cuidar el espacio adyacente a mi casa o negocio. En ese momento, estoy aportando con el sistema de seguridad”, comentó, y agregó que esos fondos recolectados se deberían destinar a mejoras continuas en los organismos de seguridad. (I)