TULCÁN
En los exteriores de las tres estaciones de combustibles de Tulcán, en la frontera norte, se registran desde este sábado, 13 de septiembre, largas filas de autos en extensiones de hasta diez cuadras.
El anuncio del incremento del diésel y la posibilidad de probables medidas de hecho generan nerviosismo en la población, a tal punto que la madrugada de este domingo, 14 de septiembre, desde las 04:00 comenzaron a enlistarse los vehículos.
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Con cobijas y frazadas para protegerse de la helada que se registró en las primeras horas de este día, los conductores empezaron a ubicarse en las calles adjuntas a las calles Manabí y Argentina, donde opera la estación Manabí.
Mientras que dos largas columnas de automotores fueron avistadas en la E-35, en la vía que conduce a Rumichaca y al sur de Tulcán, donde funcionan los restantes surtidores, donde los tripulantes pugnan por abastecerse de los derivados del petróleo.
Algo parecido sucede en las bombas de carburantes de las ciudades de Julio Andrade, San Pedro de Huaca y San Gabriel.
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En Carchi, este servicio no se oferta las 24 horas; incluso, desde el mes anterior se redujo el horario, que ahora va de 07:00 a 19:00, según un plan impuesto por la Gobernación de esta provincia.
La reducción de personal y el contrabando de carburantes hacia Colombia generan caos en la atención, debiendo esperar entre una hora y treinta minutos y dos para lograr acceder a gasolina o diésel.
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Hay malestar en la ciudadanía porque los tiempos son extensos y porque más de un enfrentamiento se ha presentado mientras esperan los usuarios en las filas, debido a que desaprensivos choferes intentan violar los turnos.
El pedido general es que sean militarizadas las estaciones para que exista orden y se identifique a los vehículos que se dedican a transportar combustibles de forma irregular hacia Colombia.
Varios turistas debieron quedarse en Tulcán tras no lograr llenar el tanque de sus carros para retornar a Ibarra, Otavalo, Quito.
Durante el amanecer, decenas de autos que se enlistaron para adquirir gasolina presentaban escarcha y nieve, provocadas por las bajas temperaturas de las últimas horas; el frío no amilanó a los desesperados propietarios de vehículos.
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Los directivos de las operadoras de taxis aseguran que comienzan a sentir los estragos. Las autoridades gubernamentales en esta jurisdicción no se han pronunciado sobre este problema ni han planteado aún un plan de contingencia para superar la aglomeración de automotores. (I)