La Virgen como centro de la bendición de flores, frutas y pan

La alegoría elaborada con productos naturales, al igual que en años anteriores, adornó el atrio de la Catedral de Ambato en la tradicional eucaristía de bendición de las flores, frutas y pan que se desarrolló este sábado desde las 09:00 y que por motivos de la pandemia se celebró al interior de la iglesia con aforo limitado y transmisión virtual.

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La homilía de la eucaristía, que es uno de los puntos centrales de la Fiesta de la Fruta y de las Flores (FFF) -que en este año celebra la edición 70-, estuvo a cargo de monseñor Alfredo Espinoza, arzobispo de Quito, quien dijo que con mucha alegría celebra en Ambato la festividad que recuerda siete décadas en que se da gracias a Dios por el espíritu de trabajo, fe, constancia y superación de los ambateños.

Recordó que luego del terremoto del 5 de agosto de 1949, en el año de 1951 Ambato buscó levantarse y reactivarse, que por esa razón se instituyó la fiesta con diferentes manifestaciones, pero por sobre todo con una base de solidaridad, ante lo cual dijo que se puede preguntar que si en este año, en medio de esta pandemia que sigue azotando a la humanidad, es conveniente hacer fiesta, ante lo cual comentó que sí.

“Un sí, que no quita el dolor de tantos que han sufrido y que sufren, que no quita las lágrimas de quienes han perdido a sus seres queridos, que no quita la angustia y la desesperación. Y debemos celebrar esta fiesta, diferente indudablemente, porque creo que recoge en este año el mismo espíritu con que fue instituida, el deseo de superación, de salir adelante, de no dejarse vencer por una tragedia de la naturaleza, recoge esa ilusión y ese espíritu de saber mirar con esperanza y este año elevamos nuestra mirada a María Inmaculada”, dijo el arzobispo.

Añadió que a la virgen lo miran personajes que han estado y están en primera línea combatiendo la pandemia, muchos de los que han dado su vida y que siguen dándolo cada día entregando su trabajo, capacidad y el riesgo de estar en su labor, a todos los que en esta fiesta se les dice gracias y que con todos ellos le manifestamos a la madre de Dios que nos acogemos a su amor, como reza la frase que se encuentra al pie de la alegoría.

Monseñor Giovanny Pazmiño obispo de la Diócesis de Ambato dijo que la FFF es digna de celebrarla porque lo central es la acción de gracias a Dios por medio de la eucaristía, por todo lo que es la provincia de Tungurahua, por todo lo que posee, por todos los espacios y ámbitos por las que está conformada.

Al tiempo de agradecer a quienes apoyaron para la elaboración de la alegoría, hizo el llamado a las autoridades para que en Ambato y Tungurahua continúe un trabajo unificado y que sumado a las instituciones privadas se posibilite salir en atención de las realidades y urgencia que tiene el pueblo. (I)