Dubái está a 14.387 km de distancia de Ecuador. Desde esa famosa ciudad de los Emiratos Árabes Unidos, ubicada en medio del desierto, una artista ecuatoriana difunde y triunfa con sus pinturas y esculturas.

Se trata de la joven cuencana Ana Liz Cordero, a quien se le ilumina la mirada cuando habla de su pasión por lo que hace. Ella ha logrado vivir de la venta de sus obras de arte, algo que para algunos artistas es una hazaña difícil de conseguir.

Ana Liz llegó a vivir hace tres años a Dubái y, aunque no parecía una tarea fácil, se propuso dar a conocer sus obras. “En un inicio fue complicado adaptarse como artista, pero creo que vieron mi trabajo, mi técnica, todo lo que yo hago fue recibido muy bien en el Medio Oriente; fue tan bien recibido que en el primer año vendí catorce piezas de arte de mi primera colección”, relata.

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Esta cuencana demostró desde temprana edad sus dotes artísticos, por lo que su familia fomentó su talento con cursos y talleres; además, a los 17 años viajó a Winnipeg, Canadá, para ampliar sus conocimientos. “Fue ahí donde logré un criterio más formado sobre temas artísticos, desde cómo apreciar una obra de arte hasta la composición, técnicas pictóricas y plásticas”.

Regresó al país para continuar vinculada al arte, pero señala que ser artista en Ecuador puede llegar a ser complejo. Sin embargo, el apoyo y el aprecio hacia su arte en su ciudad natal la han motivado para seguir.

Ana Liz Cordero junto a dos de sus obras. Foto: Cortesía

En el camino decidió viajar a Madrid y estudiar una maestría en Marketing y Gestión Comercial, un ámbito que considera que se complementa con el trabajo del artista, sobre todo cuando se busca vivir del arte.

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Para la ecuatoriana, su paso por la capital española fue muy positivo: logró su masterado, conoció al que luego se convirtió en su esposo y fue en esa ciudad donde surgió la oportunidad de trasladarse a Dubái.

La difusión de su arte

En estos tres últimos años, Ana Liz ha exhibido sus pinturas y esculturas en destacados sitios de la ciudad. “Mi primera colección estuvo expuesta en el hotel Hilton Colon, ubicado en el centro de Dubái. Luego se exhibió en West Elm, una de las tiendas más exclusivas de Dubái Mall, el centro comercial más grande del mundo. Este año estoy exhibiendo mi segunda colección en la tienda de diseño Wood Art, así como en el hotel Form y en el Swiss Tower”, detalla.

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Además, el año pasado una galería alemana la invitó a exponer dos de sus pinturas en el World Art Dubai, una de las ferias de arte más grandes de la región.

”También realicé dos esculturas que fueron exhibidas en el World Art Dubai, en un proyecto colaborativo con otras artistas femeninas que se llama XLIX. Fueron 49 piezas de exposición, siendo (yo) la única artista ecuatoriana invitada. Estas esculturas luego fueron subastadas para recaudar fondos para una fundación emiratí que ayuda a personas necesitadas”, indica.

Ana Liz se autodenomina como una amante del arte que busca realizar obras complejas utilizando diversos materiales, como hojas o arena, por ejemplo. Sus cuadros son de diversos tamaños, pero generalmente tienen grandes dimensiones. En Dubái cuenta con un estudio de arte donde crea, experimenta, elabora y perfecciona cada una de sus obras.

”Entendí que la práctica perfecciona el estilo del artista, pero es muy importante estar segura de tu obra artística y por supuesto trabajar mucho. Nada es fácil, no es tan sencillo. Puedes tener talento, pero es importante que el talento te encuentre trabajando, para hacer cosas talentosas e increíbles. Nada es fácil”, asegura.

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Esta ecuatoriana busca seguir trabajando hasta establecerse con su arte en el mercado más selecto de Medio Oriente, representando al país en el circuito de arte exclusivo de la región.

Con gran ilusión manifiesta además que entre sus planes está el exhibir sus obras en Cuenca, donde espera realizar su primera exposición individual a nivel nacional. “Así poder, de cierta manera, devolver a mi tierra y a mi gente todo el cariño que he recibido desde mis inicios”. (I)