Juan Carlos Zevallos está por cumplir un año como ministro de Salud en el país. Está en el cargo desde el 21 de marzo del 2020 en el marco de la pandemia del coronavirus.

Remplazó en esa función a Catalina Andramuño, quien se fue del gobierno de Lenín Moreno por una supuesta imposición de personal y falta de recursos económicos para enfrentar la crisis sanitaria.

Trayectoria y críticas

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Zevallos era decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de las Américas (UDLA). Tiene un título de cardiólogo obtenido en la Universidad de Padua (Italia). Además posee un grado posdoctoral en Cardiología Preventiva en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts en Estados Unidos.

“Tengo amplia experiencia en clínica y en epidemiología de enfermedades cardiovasculares. Soy un experto en cardiología, escritura científica e implementación de currículo académico con un sólido récord de publicaciones...”, mencionó en la hoja de vida difundida por la Secretaría de Comunicación.

En una de sus dos cuentas de Twitter, Zevallos asegura haber sido entrenado en los Centros para Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

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A pesar de su currículo, su gestión ha sido continuamente criticada por el manejo de la pandemia y con la llegada de las primeras dosis de vacunas con un supuesto favoritismo a su entorno familiar.

Para Freddy Carrión, defensor del Pueblo, hubo un retroceso en el ejercicio de los derechos de las personas principalmente en la “opacidad y falta de información” para que la ciudadanía conozca la situación e impacto del COVID-19 en la vida cotidiana frente a la cual el Gobierno no tuvo una respuesta efectiva.

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Organizaciones también cuestionan su accionar.

El Observatorio Social del Ecuador sostiene que el país mantiene bajo nivel de testeo (por debajo de 3.000 pruebas tomadas y analizadas en promedio al día), negligente política pública para enfrentar la pandemia y un opaco y restringido plan de vacunas en medio de una nueva ola de casos, hospitalizaciones y personas fallecidas durante la pandemia del COVID-19.

Pero Zevallos ha respondido que mientras la pandemia avanzaba su equipo desarrolló estrategias basadas en el conocimiento científico replicadas por muchos países.

Para él, la clave de todo ha sido reactivar un sistema de atención primaria de salud, los dispensarios pequeños, los centros de salud que están en los barrios de cada localidad.

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Dos días después del inicio del plan de vacunación (21 de enero) una brigada vacunó con la primera dosis a 18 personas en una residencia privada para adultos mayores en Quito, donde vive la madre de Zevallos.

Los cuestionamiento pasaron a ser denuncias. En contra de Zevallos hay al menos cuatro por el proceso de vacunación a escala nacional.

Zevallos, acostumbrado a tener presencia en medios, desapareció de las cámaras y de los micrófonos.

Su última aparición pública, el pasado 27 de enero, fue mediante un video difundido por la Secretaría de Comunicación, donde defendió su actuación al frente de la pandemia, con la adquisición de vacunas y con su círculo familiar.

Ese mismo día, la Defensoría del Pueblo lo denunció en la Fiscalía por un presunto delito de peculado y tráfico de influencias. Al día siguiente se abrió una indagación previa contra el titular de Salud por la denuncia de Acción Jurídica Popular por el presunto delito de tráfico de influencias.

En el plano político, a pesar de los pedidos de que Zevallos deje el cargo, el respaldo gubernamental ha sido evidente, pero la Asamblea ya abrió un camino para su salida.

“No cuenten conmigo para salir corriendo por la puerta de atrás, no hemos terminado este trabajo...”, aseguró Zevallos en el video, mientras hay dos solicitudes de juicio político que podrían derivar en una censura y destitución en medio de una campaña de vacunación que marcha a ritmo lento en comparación con otras naciones. (I)