El ministro del Interior, John Reimberg, señaló este lunes que había un grupo importante de gente que tenía la misión de atacar a Quito, en referencia a las protestas que se realizaron el domingo en la capital.
Además respondió las declaraciones del alcalde, Pabel Muñoz, quien criticó el uso de la fuerza durante las movilizaciones.
La fuerza pública dispersó con bombas lacrimógenas a personas que se concentraron el domingo en el redondel de la Villaflora y que pretendían avanzar en una marcha hacia el parque El Arbolito.
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“Quito amaneció con un despliegue de policías y militares nunca antes visto. Las autoridades nacionales definieron, bajo el estado de excepción, un gran perímetro de cierres viales que nos obligó a modificar las rutas de transporte y prácticamente impidió el ingreso al hipercentro de la ciudad”, señaló Muñoz en redes sociales.
“Sin embargo, lo que debería verse como una medida para cuidar la seguridad de todos, terminó siendo un terreno en el que se pudo ver excesivo uso de la fuerza. Esto es reprochable desde cualquier punto de vista”, refirió el alcalde capitalino.
El funcionario gubernamental defendió la labor de la fuerza pública. Adujo que no hubo excesos pues no hubo heridos. Recordó que en protestas anteriores se quemaron instituciones públicas.
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“El alcalde les dice ‘excesos’; la ciudadanía les dice ‘orden y control’. Por cosas como estas es que en Quito el alcalde está tan distanciado de la ciudadanía”, dijo el ministro en una entrevista en Teleamazonas.
Argumentó que han hecho el trabajo necesario y el Municipio capitalino tomó contacto para ponerse a disposición porque, señaló, temían lo que podía suceder en la capital.
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Expresó que se ha cumplido con la ciudad, pero Muñoz critica la gestión. Para Reimberg, el alcalde recibió alguna llamada desde el exterior indicándole lo que tenía que decir, por lo que es un cambio de discurso a conveniencia política. (I)