Javier Mendoza es uno de los residentes del cantón San Vicente, en el norte de Manabí, que debe recurrir a camiones cisterna que llenan cada tanque por $ 2, un precio significativamente mayor a $ 1 que se cobra en otros cantones manabitas. Ese valor es considerado alto por los moradores de la localidad.
Mendoza no tiene otra opción más que pagar este elevado costo, ya que es la única forma de acceder al líquido. “No podemos negarnos, porque no hay agua de otra manera”, lamenta.
La Alcaldía ha coordinado con el Gobierno Provincial de Manabí y la Armada del Ecuador para distribuir agua mediante tanqueros, pero esto sería insuficiente. La falta de unidades propias ha llevado a la contratación directa con fondos municipales.
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Los cantones San Vicente y Sucre llevan cinco meses sin recibir agua potable por tubería.
La razón principal son los constantes daños del sistema de potabilización de la planta La Estancilla, que forma parte de una mancomunidad y abastece a cinco cantones manabitas.
Esta planta presenta problemas técnicos, eléctricos y de transporte de agua, lo que la ha generado que colapse en varias ocasiones, según han señalado los alcaldes de la zona.
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“Yo vivo en la parte alta de San Vicente y acá ya vamos para seis meses sin agua. Es una situación terrible”, comenta Mendoza, quien es dirigente barrial del cantón.
Debido a esta crisis, los habitantes de San Vicente han optado por consumir agua de pozos, ríos y quebradas cercanas que atraviesan las fincas en las zonas rurales del cantón.
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Hasta estos lugares llegan en vehículos para llenar recipientes y llevar agua a sus hogares, destinada principalmente a lavar ropa, bañarse o limpiar la casa.
“Hay que buscar alternativas. Estamos usando agua de los ríos, pozos y quebradas porque el tanquero es caro”, expresó Mendoza.
La planta La Estancilla, ubicada en la vía Tosagua-Calceta, enfrenta múltiples problemas que paralizan su operación. Construida hace 60 años, la instalación ha superado su vida útil, según autoridades locales.
Los altos niveles de turbiedad en las zonas de captación, provenientes del río Carrizal que recibe agua de la represa La Esperanza, complican el tratamiento del líquido, especialmente por la presencia de sedimentos como lechuguines.
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Desde el 15 de febrero de 2025, las fuertes lluvias han agravado la situación. Los deslizamientos de tierra han causado el desacople de tuberías, y el tanque de La Atravesada, que abastece a Sucre y San Vicente, presenta fallas geológicas en su superficie.
Además, el suelo arcilloso en el trayecto de 42 kilómetros desde la planta hasta San Vicente y Sucre se satura con las lluvias, lo que provoca constantes movimientos que dañan la tubería y obliga a paralizar el bombeo. Para que el agua llegue a Sucre y San Vicente se necesitan 48 horas seguidas de bombeo, pero con los problemas recientes apenas hay cuatro o cinco horas.
Entre las novedades, el 5 de mayo en la comunidad de El Barro, en Tosagua, donde un nuevo desacople obligó a trabajos de reparación que podrían extenderse por tres días.
Miguel Quintero, técnico hidráulico de la Empresa Mancomunada de Agua (EMMAP-EP), explicó que el suelo saturado y el peso de la tubería generan desplazamientos que la desprenden. “Estamos ahora retirando el material comprometido y estabilizando la base con tablones, pero es un proceso complejo”, expresa.
A esto se suman dos fugas adicionales en el sector Cacical, que complican aún más el sistema.
La planta produce 18.000 metros cúbicos de agua diarios para los cantones Bolívar, Tosagua, Junín, Sucre y San Vicente. Sin embargo, solo San Vicente requiere 7.000 m³ y Sucre 11.000 m³ al día, lo que evidencia un déficit crítico cuando el sistema falla.
La empresa mancomunada, con recursos limitados, no ha podido atender emergencias de manera efectiva, afectada también por cortes de energía y problemas estructurales acumulados durante años, señaló Quintero.
San Vicente, en emergencia
Debido a esta situación, San Vicente se encuentra en emergencia. El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) del cantón amplió esta medida por 60 días este miércoles, 7 de mayo, ante la crisis de desabastecimiento que persiste desde hace cinco meses.
Ante la problemática, el Municipio está por adquirir un tanquero de 3.000 galones y avanza un proceso para obtener maquinaria mediante un crédito del Banco de Desarrollo del Ecuador (BDE), entre ellas una perforadora que les permita construir pozos para extraer agua.
Lluvias en Manabí generan inundaciones e interrupción del servicio de agua potable
Fabricio Lara, alcalde de San Vicente, destacó que las lluvias han deteriorado aún más la infraestructura de la tubería a lo largo de los 42 kilómetros hasta su cantón, el último en la línea de distribución.
“Estamos en una situación crítica”, señaló.
En Bahía de Caráquez, el panorama es similar: pozos y agua en tanqueros intentan mitigar la escasez, pero no son suficientes.
Carlos Mendoza, alcalde de Sucre, describió la situación como “emergente”. Con una población de 35.000 habitantes, el cantón enfrenta un déficit de 10.700 m³ diarios, ya que los tanqueros solo entregan 300 m³.
“El suelo débil y los problemas estructurales de la planta y las tuberías nos tienen en una crisis grave”, afirmó.
Las autoridades de San Vicente, Sucre y Tosagua impulsan un proyecto para construir una nueva planta de 20.000 m³, pero fallas geológicas en el trayecto de la tubería han retrasado su aprobación.
Esta propuesta fue hecha al Comité de Reconstrucción de Manabí y Esmeraldas y cuesta $ 10 millones. Actualmente se encuentra en revisión. (I)