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En Cuenca, migrantes encargan trajes para imagen de la Churonita; este jueves se llevará a Loja uno muy elegante, para entregarlo como ofrenda

Presidente del Comité de Fieles 15 de Agosto, Milton Pintado, contó que los dos trajes elaborados en la capital azuaya los lucirá la Virgen el 14 y 15.

CUENCA. En casa de la familia Mejía la fe a la Virgen del Cisne es evidente. Le dan gracias por la salud, el trabajo y por cuidar a quienes emigran a Estados Unidos. Foto: Johnny Guambaña

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Cuenca

Las razones sobran. Dicen los devotos católicos de la Virgen del Cisne, quienes cada año se esmeran no solo para visitarla en la provincia de Loja, sino para darle gracias por los favores recibidos. En medio de limitaciones económicas las familias siguen donando trajes de alta costura para que la venerada imagen luzca en la celebración que se desarrollará este fin de semana. En este 2021 le agradecen por sobrevivir al COVID-19, tener trabajo o porque migraron con éxito a Estados Unidos.

La familia Mejía vive en una modesta casa cerca de la avenida Loja, en el sur de Cuenca. Ahí la veneración a la Churonita se siente a cada paso. Sus integrantes tienen cuadros, estampas o imágenes de quien consideran es su benefactora en tiempos difíciles.

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Desde hace 38 años, María Francisca Villallala conserva un cuadro de esta advocación que le regaló su madrina como regalo de matrimonio. Desde ese instante le ha rogado noche y día para que su hogar esté bien y asegura que “no le ha fallado”. Le ha ayudado a sobrellevar problemas, conservar la salud, resignación en situaciones difíciles y particularmente cuidar a su esposo y otros allegados que emigraron a EE. UU. “por la chacra”; es decir, sin visa, contratando un coyote. Hasta antes de la pandemia era infaltable en las romerías. En el 2020 no fue por las restricciones de la pandemia, pero mañana viajará a El Cisne para entregar junto a su sobrina las prendas que mandó a confeccionar.

Justamente el regalo que Rosa Mejía le dará este año a la Virgen es un ajuar muy elegante de color blanco con una capa fucsia de 3 metros de largo. Toma asiento, respira y empieza a contar su historia. “Por un favor recibido” se convirtió en su devota desde hace siete años (la misma edad de su hija), pero últimamente este sentimiento se reforzó porque la sanó del coronavirus y llevó con éxito a su esposo desde Cuenca a Estados Unidos.

Ella tuvo que cerrar su gabinete de belleza por falta de dinero para pagar el arriendo y él migró porque se quedó sin empleo, en medio del trayecto le secuestraron, pero “rogamos a la Churonita que le proteja, no le pase nada, que le haga aparecer y gracias a ella tuvimos noticias al poco tiempo y llegó con éxito”.

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Por estos y otros motivos más que prefiere guardarse en su corazón decidieron de una vez por todas cumplir con esa promesa de darle un vestido a su benefactora. Aunque es una prenda extremadamente elegante, esta mujer dice que es una pequeñez. La elaboración de estos vestuarios están a cargo de Bladimir Torres y su equipo. Desde el taller localizado por la Panamericana Norte tiene esta responsabilidad desde hace catorce años gracias al empeño que le pone a cada uno y que ha sido reconocido por los feligreses y religiosos que lo recomiendan “a ojo cerrado”.

Este año en Bladito Creaciones realizaron dos trajes. El blanco, de la familia Mejía, está conformado por cuatro capas diferentes, la primera es de tafeta, la segunda carola, la tercera satín y la última un tul bordado. Mientras que en la capa también se usó un tul fusionado con un podesua “para que dé consistencia”.

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CUENCA. La familia Mejía vive en una modesta casa cerca de la avenida Loja, en el sur de la capital azuaya. Ahí la veneración a la Churonita se siente en cada rincón. Foto: Johnny Guambaña

La confección fue con máquina, pero la colocación de detalles como incrustaciones de cristales, lentejuetas y perlas cultivadas fue totalmente a mano. Como accesorios adicionales también se incluye un velo, un fajín, un rosario y un pequeño atuendo para la imagen del Niño Dios que la Virgen sostiene en la mano derecha.

Mientras que para el segundo ajuar encargado por la familia Saeteros tiene características similares, pero en tono palo de rosas, con un detalle adicional, se elaboró bajo el concepto de “La coronación de María Santísima” y en la parte posterior se sublimó este pasaje religioso.

Como profesional de la costura comenta que realizar estos encargos es una “bendición” y por eso cada año se esmeran en hacer todo de la mejor manera y sobre todo con devoción a ella porque no es para cualquiera, sino “para nuestra madre, nuestra abogada, nuestra intercesora”.

Pero a pesar de su experticia afirma que hay ocasiones en donde la máquina se daña o los hilos se cortan, por lo que en el taller comentan que “la Churonita nos mide la paciencia”.

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Milton Pintado, presidente del Comité de Fieles 15 de Agosto, contó que los dos trajes elaborados en Cuenca los lucirá la Virgen del Cisne el 14 y 15 de este mes. Recordó que por las restricciones de la pandemia la imagen se mantendrá dentro del templo, no saldrá al campo mariano ni será sacada para la procesión.

En el 2020, el festejo de los fieles fue totalmente virtual, pero este año será presencial, con todos los cuidados del caso. Usualmente desde el Azuay viajaban cerca de 16.000 personas, pero ahora no han hecho mucha publicidad para evitar aglomeraciones. Pese a las limitaciones afirma que hay que ir a visitarla, por gratitud.

A pesar de las restricciones de bioseguridad, los viajes a El Cisne están limitados, Rosa Mejía y unos pocos familiares irán con devoción a Loja para reafirmar su fe porque en medio de circunstancias adversas “la fe nos mantiene vivos”. (I)

Trajes confeccionados para la Churonita. Foto: Cortesía

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