Hace 216 mil años, una explosión del supervolcán Chalupas generó una nube de ceniza que alcanzó un territorio equivalente a seis veces la extensión del Ecuador. Aunque hoy se considera extinto, este coloso marcó uno de los episodios volcánicos más descomunales en la historia del país.

El Chalupas se ubica en la provincia de Napo, dentro de los cantones Tena y Archidona, a unos 80 kilómetros de Quito. Su formación está ligada a una caldera, una gran depresión volcánica, producto del colapso del techo de una cámara magmática.

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Erupción colosal

La gran erupción del Chalupas ocurrió hace aproximadamente 216 mil años. Durante aquel evento, enormes flujos piroclásticos se extendieron por buena parte de la Sierra Centro-Norte del Ecuador, mientras que la ceniza llegó hasta la costa y el fondo marino.

Los estudios del Instituto Geofísico detallan que la capa de ceniza, conocida como co-ignimbrita, cubrió una superficie de 1,6 millones de kilómetros cuadrados. Esa cifra equivale a seis veces la extensión del territorio ecuatoriano.

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El volumen total de material expulsado se estima entre 200 y 265 kilómetros cúbicos, lo que le otorgó un índice de explosividad volcánica (VEI) de 7. Con esa calificación, la erupción del Chalupas fue clasificada como ultra-pliniana o super-colosal, un fenómeno que ocurre a nivel mundial apenas cada varios siglos.

Para dimensionar su magnitud, la erupción del Reventador en 2002, considerada la más fuerte del último siglo en Ecuador, tuvo un VEI de 4 y fue unas 700 veces menor que la del Chalupas, detallaron Marco D. Córdova y Benjamin Bernard, expertos del Instituto Geofísico.

¿Qué pasó con el Chalupas tras su colapso?

Tras el colapso del volcán, se formó en el centro de la caldera el estratovolcán Quilindaña, de 4.878 metros de altura. Sus erupciones posteriores fueron mucho más pequeñas y de carácter efusivo, vinculadas principalmente a flujos de lava.

Hoy en día, el Chalupas no presenta actividad significativa y está catalogado como extinto o en reposo. Los expertos sostienen que, en caso de reactivarse, lo más probable es que ocurra una erupción moderada del Quilindaña, con impacto limitado a escala local.

A diferencia de otros supervolcanes del planeta, como Yellowstone, no existen indicios de que el Chalupas pueda repetir una erupción colosal. Su historia, sin embargo, permanece como un recordatorio del poder volcánico que rodea a los ecuatorianos.

Alexander von Humboldt, luego de su estadía en Ecuador en 1802, describió a los ecuatorianos como “seres raros y únicos” que “duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes”. (I)