En el redondel del sector de El Inca, en el norte de Quito, bajando por un pozo al subterráneo, se construye un colector de agua que el Municipio llama ‘una ciudad bajo otra ciudad’.
Este colector tiene el principal objetivo de retirar del sistema de alcantarillado las aguas residuales, principalmente del que fue el botadero de Zámbiza, y albergar este líquido en tanques separados para su potabilización.
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Del mismo modo, el plan de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) es recuperar los ríos y quebradas, evitar la contaminación, tener un desfogue en caso de posibles inundaciones o aluviones en épocas de invierno y aprovechar el agua lluvia como mecanismo de generación de luz eléctrica y potabilización.
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“Esto supone una renovación del sistema de alcantarillado, supone también una proyección para tener estos dos tipos de aguas separadas y una cosa importante. Cuando tratamos el agua residual y cuando tenemos la acumulación de esas aguas, se las purifica. Nosotros pensamos en que esos tratamientos nos podrían dejar lodos que son fuentes de electricidad”, aseguró el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, en un recorrido.
Situado sobre el extremo de la avenida de las Palmeras, a escasos metros de abordar la avenida Simón Bolívar, un orificio en el suelo, con gradas de hierro y piso de hormigón, te lleva a un túnel interminable por donde circularán los desechos residuales y el agua lluvia, en caminos distintos.
De chalecos verdes fosforescentes y un casco naranja, con micrófono en mano, cámara y celular, bajamos para observar la construcción que lleva un avance del 85 % y tiene una longitud aproximada de 452 metros, es decir, 1,54 kilómetros de recorrido.
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“Esto es parte de la visión de la ciudad actual. Es por eso que cuando el sistema de Naciones Unidas informó que Quito es catalogada como la única ciudad inteligente y sostenible en Ecuador supimos que este tipo de obras, la separación de aguas lluvias y residuales, nos iban a entregar ese prestigioso reconocimiento a nivel mundial”, expresó Muñoz.
A la par, las autoridades de la empresa municipal construyen un tercer separador de caudales en la intersección de las calles Los Madroños y de las Palmeras, que tiene como objetivo conducir el flujo de agua hacia el colector existente de Jatanhuayco.
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Para que la conexión entre la obra existente y la que están diseñando sea fructífera, ingenieros y personal especialista implementarán una estructura de descarga, tipo vórtice.
En todo el trazado de obra de los colectores de alivio se han identificado 16 pozos de avance, como medida preventiva.
La gerenta de la Epmaps, Verónica Sánchez, contó que alrededor de 70 personas trabajan dentro del túnel para combatir la contaminación de ríos, quebradas y botaderos que generan desechos diarios. (I)