Las clases son —en muchos casos— por audios y por videos de la aplicación WhatsApp y hasta por mensajes de textos. Por esas vías, profesores del sistema fiscal mandan ejercicios, tareas, dan explicaciones personalizadas y hacen el llamado acompañamiento a los estudiantes. No tienen —como en el régimen privado— clases frente al computador, con un docente que explique e interactúe del otro lado de la pantalla, mientras al mismo tiempo están conectados los estudiantes de un curso, como demanda actualmente la pandemia por el COVID-19. Hay planteles particulares que tienen un promedio de tres a seis horas diarias de clases virtuales.