El Municipio de Quito destinó $ 300.000 para imprimir boletos a fin de que los usuarios puedan pagar el pasaje en el sistema de transporte, según la concejala Estefanía Grunauer.

Al ingresar a algunas de las paradas se paga con dinero en efectivo, pero al usuario le entregan un tique para poder acceder a la unidad de transporte, el cual es la constancia del pago de $ 0,35, pues no hay puertas de ingreso.

En otros casos hay máquinas antiguas en las que hay que depositar las monedas exactas, porque no dan cambio, o también canjear el dinero por ese pedazo de papel.

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La Empresa de Transporte de Pasajeros administra el sistema municipal de transporte, que incluye al Trolebús, la Ecovía y los buses alimentadores. En el primero viajan alrededor de 100.000 usuarios diariamente; en la Ecovía, unos 99.000; y en alimentadores, más de 116.000.

En un video publicado en redes sociales y grabado en una de las paradas del Trolebús, en el norte de la ciudad, Grunauer mencionó que esa empresa metropolitana hizo una contratación de $ 300.000 para la impresión de boletos.

Indicó que para mediados de 2025, es decir, junio, Quito tenía que haber implementado el sistema integrado de recaudo, por lo menos para el transporte municipal.

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Ese sistema, sostuvo, vale más de $ 10 millones y se está contratando a través de una entidad internacional que estuvo a cargo del proceso de adquisición de 60 troles eléctricos.

“Por no haber concluido en la fecha establecida para la contratación del sistema integrado de recaudo tuvimos que incurrir en ese gastito de $ 300.000”, expuso con un tono de voz sarcástico.

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En tanto que el edil Wilson Merino cuestionó el funcionamiento del corredor central norte que va desde La Marín, en el centro de la ciudad, hasta La Ofelia, en el norte, por el cual se movilizarían unos 60.000 pasajeros al día. Es un servicio público que ofrece el sector privado, pero que va por un carril exclusivo.

En un oficio detalló cuáles serían los inconvenientes que hay en el servicio que presta, como robos, deterioro de infraestructura y unidades, congestión y servicio ineficiente, pago con monedas y la falta de un sistema integrado de recaudo.

Pidió información a autoridades municipales, entre otros temas, sobre el avance en la implementación de ese sistema, el estado actual de las paradas, el mantenimiento realizado, las medidas de seguridad y el presupuesto ejecutado.

De su parte, el Municipio capitalino detalló que la reestructuración de rutas y frecuencias del transporte público beneficia a más de 1′260.000 quiteños.

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Hasta el momento, señaló, 42 rutas han sido modificadas en los principales corredores de la ciudad: sur occidental, central norte, valle de los Chillos, programa norte, programa sur y transversal conexión Metro.

El alcalde Pabel Muñoz sostuvo que, para no tener que hacer procesos largos y demorosos de concursos, la misma ruta, que ya funcionaba, fue extendida a otros barrios para atender a sus moradores.

Además, 22 rutas fueron extendidas para llegar a más barrios, una fue dividida, cinco se integraron directamente al Metro (como la ruta Lloa-Quitumbe), siete se convirtieron en ramales, tres ajustaron su trazado y dos funcionan ahora como transversales, expresó el cabildo.

El proceso de reestructuración de rutas y frecuencias terminaría a finales de año, cuando además se implementaría el sistema de recaudo con mecanismos digitales, al menos de forma inicial en diciembre, en la Ecovía y el Trolebús.

En septiembre pasado, Jorge Yánez, dirigente del transporte público, mencionó cuáles eran las inquietudes de ese sector ante el sistema de recaudo, pues aclaró que no se oponen a esa implementación, pero que lo harán cuando esté perfectamente claro, que su aplicación costará unos $ 27 millones para los 3.200 buses de superficie y se preguntó: “¿Quién o cómo nos compensarán esta inversión?”. (I)