Entre las habitaciones de una casa están instaladas las mesas, al pasar por ese lugar pasaría desapercibido, no hay un letrero, ni un aviso del restaurante, pues sus clientes ya saben que cada sábado pueden degustar de un platillo que no es tan común. Doña Lola Trujillo es conocida por vender caldo de nervio, una sopa con el órgano reproductor del toro.

Hace 30 años fue su madre la que inició con este negocio y hace cinco Lolita tomó la batuta, pues una afección a la salud de su mamá le impidió seguir atendiendo a sus clientes. El local está ubicado en la parroquia de Tumbaco, en el nororiente de Quito, en la vía al Ilaló.

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Doña Lola tiene 62 años y guarda un sinnúmero de anécdotas. Cuenta que su caldo tiene la capacidad de curar la resaca y la borrachera de las personas.

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“Vienen chumaditos y se vuelven en juicio o si no, se quedan de una vez ahí con todo el plato y les coge el alimento”, señaló.

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Mientras mueve con un cucharón el contenido de una olla grande, agrega que es un negocio familiar. Su hermana Fanny ayuda a atender a los clientes, las mesas se llenan de a poco cada sábado, es el único día que atienden desde las 18:00 hasta las 05:00 del día siguiente.

El caldo que tiene mote es consumido con aguacate y limón, el ají también forma un complemento que llama a los paladares que buscan este platillo. Doña Lola cuenta que incluso tiene clientes que viajan desde Cayambe, una ciudad en la provincia de Imbabura.

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Su preparación conlleva bastante tiempo, desde las 06:00, doce horas después empiezan a llegar los clientes que son atendidos con una sonrisa y amabilidad.

Doña Lola espera seguir cocinando este característico platillo hasta que pueda movilizarse por sí sola, sabe que es un legado de su madre y lo quiere mantener. (I)