La felicidad no le cabía en el rostro a Narcisa Cañar, quien vive en San Bartolo, sur de Quito.
Vecinos la alertaron de que el agua había llegado pasado el mediodía de este miércoles.
Había cerrado la llave de paso y, tras esa alerta, la abrió. “El agua está limpia”, sostuvo.
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Tras varios días de trabajo, la madrugada de este día, el agua empezó nuevamente a bombearse de La Mica hasta la plata de tratamiento de El Troje.
No obstante, pasaron más de diez horas para que el liquido vital, luego de su potabilización, llegue a las casas de moradores del sur de la capital que se quedaron sin servicio por la rotura de una tubería.
Unas 350.000 personas resultaron afectadas y tuvieron que abastecerse con tanqueros, plantas potabilizadoras, vertientes naturales.
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En un tacho de unos 60 centímetros de color plomo y negro había acumulado agua de tanqueros que recorrían su barrio hasta dos veces al día.
Aun así, el trajinar por adaptarse durante casi quince días a no tener agua fue duro.
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Una de sus hijas empezó a bañarse en horas de la noche calentando agua.
La ropa sucia la llevaban y lavaban en Carapungo, en el extremo norte de la ciudad, donde su suegra.
Para preparar la comida tuvo que ir donde una hermana.
Comentó que usará el agua que recogió en días pasados.
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No hubo inconvenientes con los moradores para llevar agua desde los tanqueros.
“Ahorita estamos ya todos contentos. Ojalá siga nomás”, dijo.
En el negocio de venta de papas con pollo, en el que trabaja Bertha Caiza, en la calle Caluma de La Argelia, lavaban platos con el agua que caía del grifo en la tarde de este miércoles.
Mientras repartía un plato de papipollo señaló que el agua llegó en poca cantidad y con tierra, pero que después estuvo transparente.
Recolectó agua y, si bien mencionó que complicó un poco el negocio, se acomodaron a las circunstancias dado que no podían cerrarlo.
Hubo algunos días en los que hubo más clientela.
Según el Municipio, el restablecimiento del agua empezó por los barrios Aida León, Hierba Buena, Hogar del Trabajador, Mirador Alto de La Argelia, San Luis.
También en barrios de Guajalo y Pueblo Unido.
Sin embargo, una normalización se daría hasta el viernes.
En Quitumbe, extremo sur, por ejemplo, en el negocio de Isabel Robalino, no había agua. Abrió la llave para constatarlo y no cayó una gota.
Con voz de resignación sostuvo que un día más, un día menos sin agua, pero a la espera de que se restablezca el servicio. (I)