Desde el pasado 13 de septiembre, los propietarios de vehículos a diésel pagan un dólar más por cada galón que compran, luego que el Gobierno decidió eliminar el subsidio a ese combustible.

Si bien el precio vigente es de $ 2,80 por galón, dentro de ese valor aún queda un pequeño margen de subsidio.

La Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados del Petróleo (Camddepe), con base en cálculos e información de Petroecuador, señala que el precio actual del diésel para el sector automotriz contiene 16 centavos de subsidio.

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La tarifa de $ 2,80 no será permanente a largo plazo. Estará vigente hasta el 11 de diciembre de este año.

Después el precio se fijará tomando en cuenta el sistema de bandas que se aplica para determinar cada mes los valores de las gasolinas extra, ecopaís y súper, dependiendo de la fluctuación del precio internacional del petróleo.

Por ello, los usuarios de diésel también verán cambios, hacia arriba o abajo, en los montos que pagarán por el combustible.

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La ministra de Economía y Finanzas, Sariha Moya, dijo este lunes en una entrevista para Teleamazonas que “la eliminación del subsidio al diésel es completa”, porque de no ser así quedaría la puerta abierta para que se sigan beneficiando grupos irregulares.

El alza del precio del diésel no necesariamente tendrá un efecto de reducción significativa en el consumo del derivado en los siguientes meses, opinaron voceros de la Camddepe.

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La demanda del producto es “inelástica” porque no depende de su precio y porque se emplea principalmente para equipos y vehículos de trabajo, explicó Ivo Rosero, presidente de la Camddepe.

“Probablemente habrá un efecto inicial de un menor consumo, pero difícilmente esto va a seguir hacia la baja, sino que más bien se mantendrá estable. Es distinto el comportamiento, por ejemplo, en la gasolina súper, que tiene un producto sustituto que es la gasolina extra. El diésel no tiene sustituto”, comentó Rosero.

Según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), el consumo interno de diésel en Ecuador registró un incremento del 3 % entre enero y julio de 2025, en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Las cifras oficiales dan cuenta de que en los siete primeros meses de este año se consumieron 22,1 millones de barriles, frente a los 21,5 millones reportados en 2024.

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El promedio de consumo mensual pasó de 3 millones de barriles en 2024 a 3,1 millones de barriles en 2025.

Aquello significa que en 2025 el consumo promedio mensual de diésel fue superior en unos 90.000 barriles.

El diésel es uno de los combustibles que más se utilizan en el país y el que más crecimiento tiene en relación con los otros combustibles, porque no solo se lo emplea en el sector automotriz, sino que también en el segmento industrial y en el sector eléctrico, agregó Oswaldo Erazo, secretario ejecutivo de la Cámara de Distribuidores de Derivados.

Indicó que existe una alta dependencia del mercado internacional, porque casi el 76 % del diésel que se consumió en el país en 2024 fue importado.

Aunque aún es poco tiempo para hacer una evaluación sobre la fluctuación de clientes de diésel desde que se aumentó el precio; las estaciones de servicio (gasolineras) no han reportado cambios notables.

Ivo Rosero contó que sí hubo una alta presencia de usuarios para comprar más barato en las horas previas a que rija el nuevo precio.

Añadió que el fin de semana pasado también se presentaron bastantes clientes que buscaban llenar los tanques de sus vehículos por temor a un posible desabastecimiento ante los anuncios de paralizaciones de sectores sociales y de la transportación.

A criterio de Rosero y Erazo, el Gobierno tomó una “decisión valiente” al retirar el subsidio al diésel, porque a largo plazo era insostenible. Además, distorsionaba la economía, beneficiaba al contrabando y a grupos delictivos, propendía a la ineficiencia energética y a la contaminación.

No obstante, ambos consideran que la medida debió ser gradual para evitar consecuencias adversas para la población.

Por otro lado, el gremio de distribuidores de derivados espera que las autoridades atiendan su pedido de incrementar el margen de comercialización, que no ha sido revisado en 22 años.

Si esto no mejora, las estaciones de servicio podrían tener problemas de liquidez y financiamiento en los meses que vienen para adquirir el diésel que venden, ya que el alza del combustible redujo aún más el margen para las gasolineras. (I)