Los tanqueros con combustibles para abastecer a las zonas que estuvieron incomunicadas por el paro indígena aún no podían cruzar Cotacachi entrada la tarde de este jueves 23 de octubre.

El transporte empezó a fluir a las seis de la mañana, pero estaban a la espera de que termine la marcha de la Unión de Organizaciones Campesinas Indígenas de Cotacachi (Unorcac) y dejaran libre la vía E35 para que la gasolina y el diésel lleguen a Cotacachi, Atuntaqui y Otavalo, donde por 31 días hubo cero venta de combustibles.

El presidente de la Cámara de Distribuidores de Derivados de Petróleo del Ecuador, Ivo Rosero, calcula $ 500.000 perdidos cada día de la paralización porque no se pudo vender, pues las estaciones de servicio fueron impedidas de atender bajo amenaza. Eso suma $ 15 millones durante el mes de protestas.

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En Ibarra se redujo en 50 % la comercialización, porque se pudo abastecer de Esmeraldas.

Ahora el gremio espera que así como el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) dio más plazo para el pago de aportes en la provincia de Imbabura, el Servicio de Rentas Internas (SRI) también lo haga.

Además, que el Gobierno proceda con demandas para que los responsables reparen los daño. No lo planean hacer de forma directa porque consideran que en esta paralización quedaron demostradas las amenazas en contra de los negocios.

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Ataques también fueron denunciados por la Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Flores del Ecuador (Expoflores), que este jueves -que es el primer día del cese de bloqueo de vías- reporta que unas fincas empezaron a retomar sus actividades. Pero otras siguen sin poder hacerlo.

Al final del paro indígena que se focalizó en provincias de la Sierra, los productores de flores suman $ 27 millones en pérdidas, 36.000 empleos afectados, un trabajador secuestrado y cinco fincas invadidas.

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Expoflores informó que el trabajador fue liberado después de seis horas.

Estos actos fueron considerados por el presidente de Expoflores, Alejandro Martínez, como inaceptables y que “evidencian cómo la violencia ha superado todo reclamo legítimo”.

Expoflores identificó en la incursión a una finca en la comunidad San Martín, parroquia Quiroga (Cotacachi), el 6 de octubre pasado, a una dirigente de la Unorcac, que “junto con un grupo de aproximadamente 200 manifestantes invadieron una finca florícola, emitiendo amenazas y actos de intimidación contra el personal y las instalaciones”.

Ante ello, la Unorcac aseguró que habían mantenido un acercamiento previo con la florícola para tener apoyo y la participación voluntaria del personal -gran parte del cual pertenece a las comunidades de Cotacachi- en las acciones de las bases y que se acordó una reunión en la empresa en la que decidieron de “manera consensuada que un grupo rotativo de trabajadores (aproximadamente 50 personas por día) podría acompañar las acciones comunitarias, sin afectar sus condiciones laborales ni remuneración, bajo supervisión de la empresa”.

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Según la organización indígena, también dialogaron “sobre las rutas de transporte de las flores, precisando que las decisiones sobre el tránsito en vías comunitarias son acuerdos colectivos tomados en unidad con las bases indígenas de Cotacachi”. (I)