Quienes compran en Estados Unidos desde Ecuador tienen la opción de buscar couriers que traigan sus compras oficiales, pero también se suele elegir a conocidos que traen los productos en sus viajes.

Aunque esta práctica es, según la Aduana, algo ilegal, es una realidad en la que se apoyan varias personas para obtener una fuente de ingresos y los consumidores para pagar menos.

Karla es una de las personas que realizan esta actividad desde hace más de un año. Comenta que le parece un poco “ilógico” que se diga que es algo ilegal, ya que en el país actualmente no hay trabajo, y hay personas que, por familia, hijos, estudios, múltiples motivos, no pueden quedarse de brazos cruzados sin un trabajo; y el encontrar un mercado al que uno pueda traerle sus compras y que paguen por ellas “no debería ser considerado un delito mientras respeten los límites de artículos que se puedan traer”, y quienes lo hacen puedan llevar sustento a sus hogares.

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Ella comenta que el proceso es que cada persona compra lo que desea y lo envía a una dirección en Estados Unidos, y luego se lo trae a Ecuador pagando por libra o por un valor fijo, usualmente en el caso de dispositivos electrónicos. Incluso el que llegue con o sin su caja hace que el producto tenga un valor distinto.

“Para Black Friday la gente sí compra mucho (...). El año pasado, noviembre y diciembre (fueron dos) de los mejores meses. Ahora, como hay esta restricción en el país de que las aerolíneas puedan vender más de dos maletas para Ecuador, ha sido más complicado la traída de las cosas a menos que consigas viajar con otra persona; mientras que, anteriormente, una persona podía traer tres, cuatro o cinco maletas”, cuenta Karla, quien añade que en estas fechas la gente aprovecha porque salen muchos descuentos en las tiendas desde el 1 de noviembre, y que uno de los productos que más se buscan desde Ecuador, pero que por ahora no es tan fácil conseguirlo en EE. UU., es el PlayStation 5.

Tanto ella como otras personas con estos couriers informales se cuidan de que las cosas que traen estén entre lo permitido en tamaño, peso, cantidad y tipo de producto. Además, comentan que los compradores igual al comprar pagan la salida de divisas y el IVA, dependiendo del caso, pero esto no ha provocado una disminución de clientes, ya que aún con estos valores y el costo de la traída los precios son mejores dependiendo del producto, sobre todo cosas de marcas reconocidas. Pasa lo mismo con electrónicos y juguetes de personajes, según cuenta.

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Lo mismo dice Gabriel, quien lleva algunos meses en esto luego de ser despedido del sector público. Él comenta que los clientes llegan por recomendación de conocidos y se hacen artes y se promociona el viaje, de cuándo a cuándo se irá y de cuándo a cuándo se recibe la mercadería. “Se cobra en promedio $ 8 la libra y dependiendo del artículo también”.

“Esta época de noviembre/diciembre es buena, porque la gente aprovecha los descuentos del Black Friday, y en Ecuador pagan el décimo tercer sueldo. Lo que más piden es ropa”, apunta Gabriel.

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En el caso de Marta, ella lo tiene como un ingreso extra desde hace cuatro años, sobre todo en fechas especiales como esta, en la que comenta que se piden muchos juguetes.

Añade que, además de tener un ingreso extra, es una forma de visitar a sus familiares solventando los gastos, puesto que con lo que se lleva en una maleta se puede, dependiendo del caso, llegar a obtener casi el doble de un pasaje. Aunque con la eliminación de algunos impuestos hay competencia que ha bajado la tarifa por libras, complicando a quienes vienen haciendo esto por años.

Otra labor relacionada es la de los personal shopper, que van y compran lo que el cliente les pida y hacen un solo cobro por todo. Algo a lo que se dedica la hermana de Marta, que vive en EE. UU., y solo por buscar algo en especial tiene una tarifa de $ 20. Por ejemplo, si quieres unos zapatos específicos, ella puede buscar en dónde están más baratos, le pasa la información al cliente y este paga el precio con el descuento más la búsqueda y la traída, siendo la suma aún más barato que el precio inicial en EE. UU. u otros países. (I)