La empresa de nutrición Herbalife cumplirá este 17 de noviembre quince años de haber ingresado al Ecuador. Aunque faltan unos pocos meses para cumplir la fecha, la empresa esta misma semana arrancó con las celebraciones a través de un conversatorio para recordar los inicios y explicar sus proyectos futuros. Ricardo Arteaga, gerente de Operaciones en Ecuador, recuerda que la empresa, que tiene 43 años a nivel mundial, se abrió en Ecuador en noviembre del 2008, con un centro de ventas ubicado en la 10 de Agosto y Capitán Ramón Borja, en Quito. Al cabo de quince años ya cuentan con once centros de venta y oficinas mucho más modernas en el Ecopark, también de la ciudad capital.
Comenta que cuando llegó Herbalife en Ecuador se comercializaban apenas tres productos; en cambio, ahora existe un portafolio de 34 productos (suplementos nutricionales, alimentos y productos de nutrición externa) totalmente registrados y bajo el control de la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa). La empresa también comenzó con 1.000 distribuidores de venta directa y ahora ya son 21.000. Estos no son empleados de la empresa, pero trabajan comercializando dichos productos y generando sus propios recursos.
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Durante los quince años de vida, la empresa ha logrado facturar en el país $ 495 millones, de los cuales solo en 2022 llegó a $ 27 millones. Para este 2023, la facturación crecerá en un 2 %, cuenta Arteaga.
La compañía ha implementado distintas estrategias para reforzar su oferta en el mercado. En 2014 generó una alianza con un proveedor local para producir en el país uno de sus productos más emblemáticos: el Herbal Aloe Concentrado, una bebida a base de aloe vera. Esto implicó una inversión de $ 200.000, destinados a trabajos de ingeniería, permisos sanitarios, diseños de empaque y producción de envases.
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Entre los proyectos futuros, Arteaga comentó que la intención es seguir creciendo en número de distribuidores afiliados y ofrecer producto de calidad y una oportunidad de negocio con la situación actual del país.
Es que luego de la pandemia también se ha visto la oportunidad para otro tipo de negocios. Ya no son solo productos para control del peso o temas vinculados al deporte o actividad física, sino otros para apoyar en el tratamiento de salud mental, del corazón, de la circulación, relajación, estrés. Actualmente, en esta línea ya está disponible el té de relajación (toronjil y manzanilla). El próximo año se piensa sacar al mercado un producto para la salud del corazón a base de avena. Hay otros productos, incluso con CDB, que están en proceso de producción pero que aún no ingresan a América Latina, explica.
Para Herbalife, la pandemia también significó una escalada temporal en el crecimiento de sus distribuidores de venta directa. Al quedarse las personas sin trabajos formales, vieron en esta oportunidad de venta directa una opción para tener ingresos.
La empresa también ha incursionado durante estos años en programas de responsabilidad social y amigables con el ambiente. Por ejemplo, la donación de más de $ 580.000 dólares, que fueron destinados a garantizar la alimentación diaria de cientos de niños y niñas que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad en Ecuador y que forman parte de Fundación Sinsoluka: casa Herbalife en Ecuador. Así también, se lograron plantar 2.000 especies endémicas en la comunidad de Angamarca-Ilaló, en Quito, capturando así 26.000 libras de CO₂. Desde hace ya varios años eliminó los plásticos de un solo uso para evitar la contaminación. (I)