Los hipopótamos llevados a Colombia como parte del zoológico privado del narcotraficante Pablo Escobar en su rancho, Hacienda Nápoles, se han criado con tanto éxito que existe una gran preocupación por su impacto ambiental y la seguridad humana, según un nuevo estudio realizado por investigadores de universidades mexicanas y colombianas.

Los animales, conocidos popularmente como los "hipopótamos de la cocaína", se han extendido desde su hogar original, a unas 160 millas de Medellín, en el departamento de Antioquia, dispersándose por la cuenca del río Magdalena a medida que su población continúa creciendo de manera constante.

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Los autores del estudio, publicado en la edición de enero de la revista Biological Conservation, recomiendan que los hipopótamos sean sacrificados para evitar efectos negativos a largo plazo, pero otros científicos están pidiendo un programa de castración para controlar la población de hipopótamos, citando preocupaciones sobre los animales. el bienestar y el apego de algunos lugareños a sus nuevos vecinos.

En la década de 1980, Escobar importó un hipopótamo macho y tres hembras para unirse a su colección de animales salvajes. A su muerte, otras especies de animales exóticos fueron reubicados, pero los hipopótamos se quedaron porque eran difíciles de capturar y transportar, según el estudio.

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Los hipopótamos pronto comenzaron a extenderse por los alrededores, pero los esfuerzos del gobierno para sacrificarlos se detuvieron después de una protesta pública.

En cambio, se inició una campaña de esterilización, pero ha hecho poco para frenar el progreso de los hipopótamos. De 2011 a 2019, cuatro machos fueron castrados y dos hembras esterilizadas, pero esto "no parece tener un impacto importante en la reproducción", según el estudio.

Los investigadores dicen que probablemente hay entre 80 y 100 hipopótamos en el área actualmente, frente a los 35 en 2012, y les preocupa que los hipopótamos seguirán propagándose por Colombia si no se toman medidas.

La población de hipopótamos aumentaría a casi 1.500 para 2040. Para entonces, su impacto ambiental será irreversible y su número será imposible de controlar.

El estudio también cita investigaciones que muestran los efectos negativos de los desechos de hipopótamos en los niveles de oxígeno en cuerpos de agua, que pueden afectar a los peces y, en última instancia, a los humanos, y plantea preocupaciones sobre la posible transmisión de enfermedades de los hipopótamos a los humanos.

Los hipopótamos también representan una amenaza para los medios de vida y la seguridad de las personas en las áreas afectadas, según el estudio, que comen o dañan los cultivos y participan en interacciones agresivas con los humanos.

Los investigadores citan incidentes de hipopótamos que persiguen a personas, así como un ataque de hipopótamos en mayo de 2020 en el que un hombre de 45 años resultó gravemente herido.

Pero aunque los autores del estudio recomiendan un sacrificio, Enrique Zerda Ordóñez, biólogo de la Universidad Nacional de Colombia, cree que los programas de castración son el camino a seguir.

Sacrificar a los hipopótamos sería una "opción fácil", pero podría afectar la supervivencia de una especie que está amenazada en África, dijo Zerda a la televisora CNN.

Pablo Escobar: Colombia's 'cocaine hippos' must be culled, scientists say - CNN https://t.co/uuvseFgQzO

Aunque esterilizar hipopótamos no es una tarea fácil, dijo, cree que es posible y necesario hacerlo ahora, antes de que su número aumente aún más, según un comunicado de prensa de la universidad.

"En este momento, las autoridades no consideran que la especie sea un problema", añadió Zerda, "pero en el futuro, cuando haya 400-500 hipopótamos, podría representar una amenaza para la supervivencia de otras especies que se alimentan en el mismas áreas ".

Traslado de hipopótamos a Ecuador

En febrero de 2019 se conoció que una pareja de estos hipopótamos sería trasladada a un zoológico de Guayaquil, pero un brote de fiebre aftosa en Colombia frenó la importación.

“Tenemos interés de varios países (para acogerlos), desde México, Perú, Uruguay, Ecuador. El primer interesado fue Uruguay, pero los costos de traslado son muy altos. (...) El (país) que pensamos que era el que más fácil resultaría (trasladar los hipopótamos) fue Ecuador. Ellos nos han manifestado que estarían dispuestos a financiar la captura y reubicación de una pareja de hipopótamos en un zoológico de Guayaquil. Sin embargo, en Colombia encontramos el problema del brote de fiebre aftosa que frenó la posibilidad de reubicarlos”. indicó David Echeverry, vocero de la Corporación Autónoma Regional de las cuencas de los ríos Negro y Nare, en aquel año. (I)