Un brote de fiebre aftosa en Colombia habría sido uno de los motivos para frenar la importación de una pareja de hipopótamos a un zoológico ubicado a las afueras de Guayaquil, Ecuador.

Estos animales son descendientes de los traídos desde Estados Unidos por el fallecido narcotraficante Pablo Escobar en 1981.

Así lo confirmó David Echeverry, vocero de la institución pública colombiana Corporación Autónoma Regional de las cuencas de los ríos Negro y Nare (Cornare), en una entrevista para el medio digital Revista Semana del país cafetero publicada ayer 18 de febrero.

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Tenemos interés de varios países (para acogerlos), desde México, Perú, Uruguay, Ecuador. El primer interesado fue Uruguay, pero los costos de traslado son muy altos. (...) El (país) que pensamos que era el que más fácil resultaría (trasladar los hipopótamos) fue Ecuador. Ellos nos han manifestado que estarían dispuestos a financiar la captura y reubicación de una pareja de hipopótamos en un zoológico de Guayaquil. Sin embargo, en Colombia encontramos el problema del brote de fiebre aftosa que frenó la posibilidad de reubicarlos”. indicó.

Aunque el especialista aseguró que no están seguros que esta enfermedad afecte a estos grandes mamíferos.

“Teóricamente no debería afectarles por la familia a la que pertenecen, pero el riesgo no lo quiere asumir nadie”, añadió Jorge Caro López, veterinario que ha trabajo con estos animales.

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Dentro de 30 años los descendientes de los hipopótamos del narcotraficante colombiano se contarían por miles en Colombia si no se toman medidas y quizás la simpatía y la curiosidad que hoy despiertan estos animales "fuera de lugar" se transformará en lo contrario.

Escobar importó en 1981 de un zoológico de Estados Unidos cuatro hipopótamos (tres hembras y un macho) para que formaran parte de la colección de animales exóticos de su hacienda Nápoles, una finca de 3000 hectáreas cerca del río Magdalena, hoy dedicada al turismo.

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Tras la muerte de Escobar en 1993, los animales fueron a parar en su mayoría a zoológicos colombianos, pero por la dificultad de trasladarlos y el alto costo de mantenimiento, los hipopótamos se quedaron donde los dejó el narcotraficante.

Su número fue aumentando y también su hábitat, pues algunos se escaparon de la hacienda y se instalaron en varias zonas en el Magdalena, donde empezaron los avistamientos y los encontronazos con los lugareños.

A pesar de ser animales peligrosos, los hipopótamos del Magdalena Medio son vistos en general con simpatía en pueblos de la zona, que los utilizan como atractivos turísticos, aunque también hay personas que expresan su temor a que destrocen los cultivos o las barcas y aparejos de los pescadores.

Una investigación científica, liderada por Elizabeth Anderson de la Florida International University (FIU), señaló que para el 2050 podría haber entre 400 y 800 hipopótamos en Colombia si se toma un índice anual de crecimiento de su población del 7 %, pero si se considera un 11 % de aumento, algo que "no es irreal", podrían llegar a 5000.

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Actualmente hay entre 40 y 60 localizados en la zona media de la cuenca del Magdalena, el principal río de Colombia, que discurre entre la cordillera de los Andes y el mar Caribe a lo largo de más de 1500 kilómetros y es el hábitat de más de 2700 especies de animales, además de ser la cuenca fluvial más poblada del país y de regar algunas de las principales zonas agrarias colombianas.

“Ese es el número que podemos registrar, pero creemos que hay más”, indicó Caro López.

Un caso complejo

El traslado de estos animales a otros países como Ecuador sería una alternativa para que Colombia pueda solucionar este problema. Además, se plantea dar anticonceptivos a las hembras y la esterilización de los machos hasta la erradicación de esta especie considerada como invasora.

Aunque esto no les guste a muchos, habrá casos en los que debamos aplicar la eutanasia”, dijo Caro López.

En 2009 cazadores y soldados colombianos dieron muerte a uno de los animales que escapó de la hacienda Nápoles con autorización gubernamental, lo que generó críticas de los defensores de los animales.

Una reintroducción de estos hipopótamos a África no sería posible ya que se desconoce su linaje. Además, se han “contaminado” con microorganismos y patógenos propios de América y ningún país africano estaría interesado en recibir a estos animales.

Otro de los problemas de estos animales es que son endogámicos. Este grupo viene de un solo núcleo reproductivo lo que genera un “cuello genético” de reproducción.

Las hembras de hipopótamo pueden empezar a reproducirse a los tres años de edad y dan a luz una cría cada dos o tres años. Mientras el hipopótamo africano está en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una especie "vulnerable", los de Colombia están en crecimiento.

La alta tasa de crecimiento se da porque no hay depredador alguno en el Magdalena que pueda devorar a este megaherbívoro y los nativos no parecen estar interesados en su caza, al contrario que en África. Además, tienen muchas fuentes de alimentación, especialmente pasto.

El impacto ecológico de los hipopótamos colombianos puede ser significativo, pues son capaces de modificar el ambiente físico de una manera que altera el hábitat y la disponibilidad de recursos de una serie de especies animales. (I)