La alerta por una nueva variante del COVID-19, más contagiosa, tomó a Ecuador con la guardia abajo. Las condiciones para monitorear el avance del virus no son las mejores, pues en diciembre el testeo se redujo. La toma de muestras y el procesamiento de pruebas tuvieron los peores registros de los últimos meses, según las cifras del Ministerio de Salud Pública (MSP).















