Las acciones de cada uno de nosotros repercuten en el estado de la Tierra: lo que comemos, lo que botamos a la basura, cómo nos movilizamos… ¿pero, tras malgastar los recursos del planeta, podremos salvarlo y salvarnos como especie?

La respuesta del historiador natural y presentador de televisión británico David Attenborough es sí, y explica cómo hacerlo el documental ‘David Attenborough: A Life On Our Planet’, disponible en la plataforma de streaming Netflix.

Attenborough, de 94 años, comienza su historia en un lugar en donde errores humanos permitieron un accidente nuclear: Chernobyl. En medio de edificios y calles abandonadas, hace un recuento de cómo, casi sin darnos cuenta, hemos dañado nuestro ambiente habitable hasta una situación extrema. Pero también nos muestra cómo la naturaleza ha triunfado sobre nuestra irresponsabilidad, llenando estos espacios de vegetación y vida.

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¿Cómo llegamos a esto?

Tras millones de años de lenta evolución, el planeta avanzó hasta un periodo paradisiaco en el que la vida surge con aparente facilidad, el Holoceno.

Nuestra era estuvo caracterizada por la calma, pero el hombre evolucionó tanto que se convirtió la especie dominante en el planeta y empezó a consumir todos sus recursos sin restricciones.

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Attenborough ha sido testigo del deterioro que hemos provocado como especie. Cuando tenía poco más de 25 años comenzó a recorrer el mundo documentando la naturaleza para la televisión.

Con los gorilas en África en 1978. Los cazadores mataban muchos individuos para obtener un gorila bebé.

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Durante más de seis décadas ha visto cómo hemos devastado bosques gigantescos, para convertir lugares megadiversos en simples monocultivos o espacios de vivienda. Ha sido testigo de la disminución acelerada de animales y otras especies y de cómo ha aumentado el carbono, las tierras desérticas y la temperatura en el planeta a medida que la población humana ha crecido.

En la Tierra, el aumento de un solo grado de temperatura puede traer consecuencias devastadoras. En el documental Attenborough muestra, década tras década, como sería nuestro futuro en los próximos 100 años si no cambiamos nuestras acciones: la Amazonía convertida en una sabana, alteraciones en los ciclos de agua, los hielos del norte derretidos hasta liberar más gases de efecto invernadero, la muerte de todas las reservas de coral del planeta y en general, un aceleramiento dramático del calentamiento global.

La selva amazónica es importantísima para regular el clima de la Tierra.

Nuestro ‘progreso’ como especie ha destruido la naturaleza a su paso y cada uno de nosotros es responsables de esto. Las soluciones que propone Attenborough no son difíciles, pero deben de ser aplicadas inmediatamente.

Las claves son no desperdiciar comida, agua y otros recursos importantes de nuestro planeta, y entender que no somos los dueños de la Tierra, solo una de las especies que lo habitan.

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1. Controlar el crecimiento de la población

Según proyecciones actuales, habría 11 mil millones de personas en 2100. Se tiene que intentar parar ese crecimiento cuanto antes, ayudando a que más gente salgan de la pobreza, las niñas de escolaricen y estudien más, dándole a las personas que ya existen una mejor calidad de vida.

2. Utilizar energías renovables

Según Attenborough, es ilógico que se siga invirtiendo en combustibles fósiles, cuando son los que atentan contra el ambiente. Hay que optar por energías renovables, como la eólica y solar

3. Recuperar la diversidad de nuestros mares

Los océanos y lagos son una fuente de alimento y además absorben gran cantidad del carbono que generamos. Attenborough destaca lo importancia del control de la industria pesquera, a cualquier escala, para preservar las especies

4. Reducir las tierras agrícolas

Quitarle espacio a la industria agrícola y ganadera serviría para que las especies silvestres recuperen su hábitat. Una gran parte de estas tierras se usan para pastoreo y alimentar ganado, porque lo que la solución más rápida y efectiva es que cambiemos nuestra dieta hacia una alimentación menos carnívora.

Plantaciones modernas en Países Bajos.

Además, se debe aprovechar los espacios para sembríos con ayuda de la tecnología, como lo hace -por ejemplo, - Países Bajos, que a pesar de tener un territorio pequeño es un gran exportador de productos agrícolas.

Además, hay que parar la deforestación en áreas naturales que todavía existen. (I)