Solo ha cambiado de ubicación, pero su desarrollo económico y tecnológico no ha parado a lo largo de los últimos siglos.

Se trata del Puerto Marítimo de Guayaquil, que desde la época colonial, ha sido uno de los desembarcaderos más importantes de América del Sur por su ubicación geográfica, comercio y astilleros.

Desde la orilla del río Guayas, a la altura del barrio de Las Peñas hasta la calle Olmedo, se exportaron los primeros productos en 1570.

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Entre ellos maderas de diversos tipos, paños, jarcia, alquitrán, zarzaparrilla, cacao y oro. Estos productos iban hacia Nueva España (México), Perú, Panamá y España. A la par, la urbe inició importando vinos, higos y mercadería variada proveniente de Perú y España.

Para 1853, más productos se exportaban desde el puerto como 21.775 docenas de sombreros, 21.909 mitades de cueros curtidos, 3.485 quintales de tabacos, 9.000 libras de lino, 250 quintales de café, 1.550 quintales de quinua y 1.056 quintales de tamarindo.

Y cuatro años después, la ciudad ya recibía 127 buques peruanos, 54 nacionales, 36 ingleses, 19 chilenos, 17 españoles, 7 granadinos, 5 norteamericanos, entre otros.

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Y en 1912, los muelles del puerto recibieron embarcaciones de hasta 22 pies de calado.

Hasta que en 1950 se establece el sur como ubicación idónea para el nuevo puerto.

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Pero fue ocho años más tarde, durante el gobierno de Camilo Ponce Enríquez, que por decreto se creó la Autoridad Portuaria y con ello se dio la construcción del puerto, ahora concesionado a Contecon.

Héctor Plaza, gerente de la Autoridad Portuaria de Guayaquil (APG), dice que a la ciudad es imposible imaginarla sin su puerto marítimo.

“No se puede imaginar a Guayaquil sin un puerto marítimo, pues es una ciudad que creció desde el río y su desarrollo y evolución ha sido marcada por la actividad comercial a nivel local e internacional”, manifiesta. Dice que el 85 % del comercio exterior pasa por la urbe vía marítima y fluvial, siendo los productos pioneros de exportación: banano y camarón.

Con la concesión, el puerto se modernizó. Se incorporaron grúas de pórtico y se adecuaron los patios.

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Contecon, que manejará el puerto hasta el 2046, estima que a ese año se habrá destinado $ 1.700 millones entre inversiones, contraprestaciones variables y fijas, tasas a la Subsecretaría de Puertos, e impuesto a la renta.

El puerto, de enero a julio de 2020, movilizó 4’895.029,12 toneladas: 540.576,83 toneladas corresponden a carga general; 1’362.067,40 a graneles sólidos y 2’992.381,89 a carga contenerizada, según APG.

La ciudad también ha desarrollado una importante red de instalaciones portuarias privadas en los esteros, donde se levantan la Terminal Portuaria de Guayaquil, Bananapuerto, Fertisa, entre otros.

A esto se añade el puerto de aguas profundas de Posorja que instaló DP World y que ha comenzado a captar buques de nueva generación que antes no entraban a Guayaquil por las limitaciones del calado.

Recientemente la Cepal ubicó al puerto de Guayaquil en séptimo lugar del ranking por movimiento de TEU (contenedores de 20 pies) en el 2019 que fue de 1’943.197 por delante de Chile, Argentina y México.

Pero, además, la Cepal analizó el comportamiento de más de 30 puertos de la región y colocó al sistema portuario en el grupo de los que registraron una caída moderada entre enero y junio debido al COVID-19.

“La actividad no se detuvo, los puertos continuaron con su operación, así como los servicios relacionados”, dice. (I)